Page 506 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            propendian a ocupar dichos puestos, esfozandose cada uno a señalarse en ellos
            no por amor a mi Individuo, sino por su propia conveniencia.
                    Las tropas de Arequipa y Moquegua es notorio en estos lugares que han
            robado ganado quanto han podido, arreando por millares las ovejas a dichas
            ciudades a donde se han vendido a 3 reales cabeza lo que nunca se ha visto.
            Los robos hechos por los yndios se han llevado igualmente a dichos lugares, de
            donde se sabe que salen a los caminos a esperar aquellos, y comprarles el oro a
            ocho o diez pesos onza y la plata labrada a 5 pesos el marco. Esto es tan publico
            y notorio que nadie lo ignora desde el Exmo. Sor. Virrey para abajo.
                    Es cierto que alguna cosa me han trahido a mi, pero tambien lo es de que
            no me bastaba esto para congratular a los yndios; de modo que si unicamente
            en 14 o 16 mil soldados españoles ha gastado nuestro invicto Soberano tantos
            millares de pesos, quantos corresponderian que yo gastase en mas de ciento y
            cincuenta mil yndios que comprende desde la Provincia de Larecaxa hasta la de
            Quispicanchi? Un poco de oro que llevé a Siquianí sabe V.S.Y. que parte de el
            me robaron el mismo dia que alli me presenté, y el resto lo sacaron venciendo
            la ventana del quarto que la dignación de V.S.Y. se sirvió asignarme en su Pa-
            lacio. Hoy me hallo sin mas bienes que la corta decencia que cargo. A todo el
            mundo le es patente que antes de la Rebelion no fuí poderoso, pero tampoco
            tan insolvente que me faltase con que mantenerme. Y en estos lances no sola-
            mente no he medrado, sino es que tambien he perdido, y no me queda mas ali-
            vio que aquellos mil pesos anuales que con soberana magnanimidad se me han
            asignado para mi mantencion; y quando estos no tuviera, las puertas de V.S.Y.
            están rebozando caridad. Para con todo el mundo estoy poderoso y ninguno se
            persuadirá a lo que digo; pero saben los cielos que como yo no interesaba en los
            caudales, solo fuí tras la defensa de mi vida. Hablo a V.S.Y. con toda verdad, que
            ahora despues que me presenté han llegado a mi noticia la mayor parte de los
            robos que los yndios havian practicado; bien que de algunos he sabido los que
            habian recogido, y puse en deposito en poder de algunos Caciques, pero ya sus
            factores han muerto. Las fincas que V.S.Y. dice estoy poseyendo en Tungasuca
            no son de consideracion, y no asciende su valor de 200 pesos cuyos frutos en la
            primera existencia no daban mayor a mi casa por ser tierras de ridiculo sembra-
            do, y de grande nombre. Los borregos con que obsequie a V.S.Y. no fueron de
            los quitados a otros, sino de los lexitimamente mios, pues antes de la rebelion los
            havia adquirido con mi trabajo; y como llevo significado a V.S.Y. no hallo en mi
            conciencia tener a mi cargo mayores reatos. Dios que ve los corazones, conoce



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