Page 505 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 505

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            quisiera remediarlo a costa de su propia sangre, poniendo aquellos medios mas
            eficaces, y que las pasadas inquietudes fueran un permanente sosiego.
                    Por esto y hablando con la pureza de alma que tengo, y sin los reatos
            con que me veo, digo a V.S.Y. que nunca mi intento fue defraudar las haciendas
            de mis vecinos que ahora lloran. Mis aliados causaron sus menoscabos exce-
            diendose a mas de mis ordenes de manera que sin mi noticia y con sentimiento
            robaron los caudales que V.S.Y. y la vulgar opinion presumen en mi poder. Yo
            no soy sabedor de sus maldades; mi fin solo fué en resguardo de mi vida por los
            desempeños de mi hermano. Sus robos no han llegado a mi noticia, por lo que
            no me contemplo reatado en la restitucion de ellos, y sino, diganlo las considera-
            ciones siguientes. En el pueblo de Tungasuca tuvo su origen la rebelión; si alli se
            tomó algun caudal, fué solo del Corregidor Arriaga, cuyo numero ignoro, como
            el destino que se le dio por haver corrido a direccion de mi hermano; y lo mas
            que se es que en la causa que siguio el Sor. Visitador general resultó haver recibi-
            do el Sor. Comisario Dn. Josef Lagos muchas petacas de plata labrada, alhajas de
            oro, y otras especies de diversas casas, y lugares, sin excepcion de conocimiento
            de templos y habitaciones de Eclesiasticos a quienes se les atribuia el saqueo de
            las cosas de Cabildo en Tinta. En todos los demas pueblos de las Provincias de
            Lampa y Azángaro, bien cuidaron los vecinos sus caudales, que no podian as-
            cender a mucho por la infeliz constitucion en que se havia puesto el Reyno con
            los repartos de los Corregidores. La Provincia de Carabaya no se ha tocado; en
            la de Puno y Chucuyto sucedió lo mismo que en Larecaxa, que fué pasar con
            anticipacion para la Paz y Arequipa todos los vecinos sus respectivos bienes,
            de modo que solo lo que no pudieron cargar lo enterraron; y quando mucho
            la octava decima parte quedó a discrecion de los yndios, como lo testificaré en
            caso necesario con cartas originales de los curas de dicho Larecaxa. Ahora pues
            deberá V.S.Y. hacer reflexion de que sin embargo del celo y pericia militar del
            Sor. Inspector general no se ha podido contener el robo y desordenes de los sol-
            dados, y aun de los que no lo son; como embarazaria yo el que los yndios con el
            desarreglo que hicieron dexasen de quitar ganados de las haciendas y caudales
            de los individuos de los pueblos, atribuyendo esta iniquidad a orden mia sin
            que yo supiese lo que hacian ni pudiese estorbar sus acciones tanto porque no lo
            sabia, como porque siendo gente que yo necesitaba era preciso desentenderme
            de todo?
                    Aseguro a V.S.Y. por Dios nuestro Señor y esta señal de cruz ± que los
            que se hacian capitanes y coroneles han utilizado todo, y con este cebo



                                               504
   500   501   502   503   504   505   506   507   508   509   510