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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
quisiera remediarlo a costa de su propia sangre, poniendo aquellos medios mas
eficaces, y que las pasadas inquietudes fueran un permanente sosiego.
Por esto y hablando con la pureza de alma que tengo, y sin los reatos
con que me veo, digo a V.S.Y. que nunca mi intento fue defraudar las haciendas
de mis vecinos que ahora lloran. Mis aliados causaron sus menoscabos exce-
diendose a mas de mis ordenes de manera que sin mi noticia y con sentimiento
robaron los caudales que V.S.Y. y la vulgar opinion presumen en mi poder. Yo
no soy sabedor de sus maldades; mi fin solo fué en resguardo de mi vida por los
desempeños de mi hermano. Sus robos no han llegado a mi noticia, por lo que
no me contemplo reatado en la restitucion de ellos, y sino, diganlo las considera-
ciones siguientes. En el pueblo de Tungasuca tuvo su origen la rebelión; si alli se
tomó algun caudal, fué solo del Corregidor Arriaga, cuyo numero ignoro, como
el destino que se le dio por haver corrido a direccion de mi hermano; y lo mas
que se es que en la causa que siguio el Sor. Visitador general resultó haver recibi-
do el Sor. Comisario Dn. Josef Lagos muchas petacas de plata labrada, alhajas de
oro, y otras especies de diversas casas, y lugares, sin excepcion de conocimiento
de templos y habitaciones de Eclesiasticos a quienes se les atribuia el saqueo de
las cosas de Cabildo en Tinta. En todos los demas pueblos de las Provincias de
Lampa y Azángaro, bien cuidaron los vecinos sus caudales, que no podian as-
cender a mucho por la infeliz constitucion en que se havia puesto el Reyno con
los repartos de los Corregidores. La Provincia de Carabaya no se ha tocado; en
la de Puno y Chucuyto sucedió lo mismo que en Larecaxa, que fué pasar con
anticipacion para la Paz y Arequipa todos los vecinos sus respectivos bienes,
de modo que solo lo que no pudieron cargar lo enterraron; y quando mucho
la octava decima parte quedó a discrecion de los yndios, como lo testificaré en
caso necesario con cartas originales de los curas de dicho Larecaxa. Ahora pues
deberá V.S.Y. hacer reflexion de que sin embargo del celo y pericia militar del
Sor. Inspector general no se ha podido contener el robo y desordenes de los sol-
dados, y aun de los que no lo son; como embarazaria yo el que los yndios con el
desarreglo que hicieron dexasen de quitar ganados de las haciendas y caudales
de los individuos de los pueblos, atribuyendo esta iniquidad a orden mia sin
que yo supiese lo que hacian ni pudiese estorbar sus acciones tanto porque no lo
sabia, como porque siendo gente que yo necesitaba era preciso desentenderme
de todo?
Aseguro a V.S.Y. por Dios nuestro Señor y esta señal de cruz ± que los
que se hacian capitanes y coroneles han utilizado todo, y con este cebo
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