Page 498 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            nos, y posehidos de un indecible orgullo a causa del favor que suponen y cacae-
            ran de V. E. Ninguno de ellos con adornos de maximas políticas, conocimiento
            de yndios, y aforismos de prudencia, sino solamente con pocas leyes, y mucha
            presuncion, todos estos se consideran la gran ventaja que tienen los yndios en
            sus cerros y senos incidiosos (ventaja que a mucha costa la tengo yo bien experi-
            mentada) querian que saliese por la asperisima Provincia de Chayanta con 600
            cholos mal armados. Yo que sabia, y sé mucho mas que ellos en el arte militar, y
            que mis años, mis viajes, mis lecturas y otras circunstancias me hacen tambien
            superior en el juicio, no tube a bien salir sin los veteranos que esperaba, siendo
            asi que su exemplo, sus oficiales y sus armas servirian mucho en la inopia en
            que yo me hallaba de todo esto. Es constante que despues han conocido todos,
            y lo que es mas han confesado haver sido muy prudente esta mi pausa. Varias
            experiencias y la derrota que padecio en Sicasica Dn. Gavino Quevedo (igual:-
            nente ligero y salteador de consequencias) confirman esta verdad. Ay de la Plata,
            Potosi, y las demas Villas españolas si yo hubiese sido confundido en alguno
            de aquellos parages tan favorables a los yndios! Hasta ahora llora la ciudad de
            la Paz encuentros semejantes, y la de la Plata no escapó sino por gran fortuna
            quando un oydor y el Director de Tabacos emprendieron sin orden ni consulta
            mia atacar locamente una parte del cerro en que estaban sus Ymbasores. Quien
            puede dudar que perdido yo, se perdian las referidas ciudades y villas? porque
            huvieran quedado alli todos los hombres inspirados del amor al Rey, y todas las
            armas de fuego que tiene un Reyno esteril y fria en donde nada combida al gusto
            de la caza y por consiguiente al de las escopetas: huviera cobrado muchos espi-
            ritus el valor de los yndios, asi como se fomentó a un grado increible despues de
            la derrota de Dn. Gavino Quevedo, y despues de las ventajas que lograron en los
            Altos de la Paz.
                    Hasta ahora Exmo. Sor. este Reyno no ha estado conocido, y la confian-
            za que ha tenido el Gavinete no se ha fundado en supuestos verdaderos. Mis
            relaciones al Sor. Virrey de Buenos Ayres quiza han dado nueva luz de él. Entre
            varios remedios que necesita uno es el saludable desprecio de las Descripciones,
            testimonios y papeladas de los Ministros, cuyo predominio consigue muy facil-
            mente en exponer como milagros redondos disparates. A mi me seria muy facil
            remitir a V. E. documentos que me pusiesen al lado de los Heroes, contentome
            con las evidentes pruebas de mi celo u honor. Mis medidas salvaron la ciudad
            de la Paz y con ella muchas Provincias de este Peru Meridional. Mi politica los
            conserva y espera radicar su buen estado. Estos son mis papeles y testimonios y



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