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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
pero se les frustó el designio con la providencia que le tome de colocar unos
Piquetes de fusileros que los contuvieron a costa de 3 o 4 que mataron los mas
atrevidos.
Al mismo tiempo con corta diferencia, los Yndios de esta otra parte
de Azangaro, y Lampa redoblando sus esfuerzos bolvieron a atacar el Pueblo
de Capachica de esta Provincia cuyos Yndios fieles con algunos Mestizos los
habian rechazado a los Principios; pero al fin prevaleció la multitud de los
Enemigos, que pasaron a cuchillo a todos los Españoles, y Gente blanca que
pudieron haver a las manos: de manera que ya no hay en estos contornos otras
personas españolas que las que con tiempo se procuraron salvar en esta Villa
que forma hoy como una pequeña Ysla de fidelidad en medio de un Mar de
rebelion que la rodea por todas partes.
Los Yndios que habian ya terminado la Conquista de la Provincia de
Chucuyto con la total ruyna de su Capital, se prepararon para atacar esta Vi-
lla, y no sin muchos fundamentos para creer que lo intentaban de concierto
con los otros que repasaban los Pueblos de Azangaro y Lampa. Esta situacion
bastantemente resgosa, me dio lugar a pedir algun auxilio al Capitan de Gra-
naderos Dn. Ramon de Arias, y al Coronel de Milicias Dn. Josef Moscoso
que se hallaban en distancia de 9 leguas con un cuerpo de 500 hombres que
traxeron de la Ciudad de Arequipa. No lo concedieron porque decian hallarse
sin ordenes de su Gefe para el efecto, y ni aun me remitieron las municiones
y viveres que solicité comprarles en el caso de que regresasen prontamente
como lo hicieron.
Finalmente el 9 de este siguiente a él en que el Gobernador de Chu-
cuyto habia marchado para Arequipa, se dexaron ver por la parte de Chu-
cuyto los rebeldes, y hasta la mañana siguiente fueron desfilando a ocupar
las Montañas que dominan la Poblacion. Me hallaba ya con muchas mejores
prevencionese para recibirlos, que las tuve con el ataque primero de Marzo.
Lebante un castillo pequeño en el sitio ventajoso que dominan Guausapata
en donde puse una Culeberina, y un Pedrero con los fusiles correspondientes
para su resguardo. Dentro de la misma Villa reforcé trincheras, y las aumenté
rompiendo nuevos fosos en los lugares que parecen mas expuestos. Tenia en
uso tres cañones mas que hice fundir con el mayor calor, y procuré proveerme
de balas, y de polvora, y con estos preparativos me juzgué suficiente para re-
chazarlos.
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