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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Llegue yo con el resto de mis huestes, y al instante se acogieron a lo
mas alto y escabroso de la Montaña. Les hice fuego, pero sin mayor esfuerzo, por-
que se resguardaban con ciertas paredes de piedra que forman grandes atajos.
Acia las 5 de la tarde cayo alli mismo la gente de Cabana y Cabanilla
que de mi orden se conducia para Puno para el caso que tenia por indubitable
de que me atacase Diego Tupac Amaro, hermano del Cacique Josef con el hijo
de este que trahia en su Compañia. Unida aquella con las de Vilque, y Mazo,
componian un grande numero, y se juzgaron deficientes para rodearles aque-
lla noche. Este fue un grande aprieto para los Rebeldes, que fatigados con el
ardor del Sol de la tarde, su continua voceria y exercicio no podian mitigar la
sed de aquella Cumbre ni baxar a buscar las fuentes de agua que los nuestros
tenian ocupados y defendidas.
No obstante con la resolucion que inspira una situacion desesperada,
hicieron sus esfuerzos, y rompieron de manera que pudo escapar la mayor par-
te, y entre ellos el malvado Yngaricocha uno de los principales instrumentos
de todas estas reboluciones. Los que no acertaron a seguirle quedaron sacrifi-
cados al despecho de los mismos Yndios de los Pueblos citados que batallaron
con todo el furor que les suscitaba la memoria de los destrozos que havian su-
frido de aquellos en sus Mugeres e hijos, Casas y Ganados. Murieron muchos,
y tambien grande numero de Coroneles y Capitanes, sin otros que trageron
prisioneros, y de cuyas Declaraciones contextes deducimos grave fundamente
para tener por indubitable la prision de dicho Cacique Josef Tupac Amaro en
el Viernes que se contaron 6 del corriente.
En estas mismas circunstancias ha llegado a mis manos una Carta
que me escribe un Yndio principal de Acora avisandome que la tropa de
Reveldes que se havia retirado hasta Ylave, y Juli grandemente aumenta-
da con el auxilio de gente que les ha llegado de la Provincia de Pacajes,
venia otra vez marchando sobre dicho Acora con animo de vengar en los
Yndios fieles la resistencia que han hecho de abrazar su Partido. Tengo ya
dispuestas las Compañias de tropa que contemplo necesarias para soco-
rrer a estos miserables, y hare que marchen lo mas breve y temprano que
sea posible, atendida la justicia con que piden y solicitan la protección
que han menester de nuestras armas para no verse expuestas a su ruyna
si se mantienen constantemente fieles a nuestro Soberano.
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