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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
mas han muerto en la presente revelión y los que han quedado con vida se ven
en la precisión de mudarse a parajes a donde encuentren que comer con mas
equidad que en esta donde al presente corre las harinas la fanega de 7 arrobas
5 libras de 40 a 50 pesos, la azucar de 28 a 30 pesos; el vino de botija con 57
libras de 26 hasta 30 pesos y a este tenor las demas cosas. Esta ciudad no pue-
de subsistir sin la provincia de Chulumani, de donde le venía su coca. Esta la
estan disfrutando los rebeldes, va para dos años, y asi incensiblemente se va
desplobando la cuarta parte de la ciudad que ha quedado en pié, y sus pocos
vecinos que han escapado con la vida.
El ejercito de Arequipa, sabemos que llegó a principios de diciembre
ultimo a uno de los pueblos de la Provincia de Lampa y hasta el dia no ha he-
cho servicio que merezca atención a favor del Rey, porque sus jefes estan per-
suadidos que con la dulzura reduciran a los indios rebeldes a la obediencia de
Nuestro Soberano. El indio será bueno con el continuo castigo no permiten-
doles que esten ociosos ni menos que tengan plata que esta solo les sirve para
sus borracheras y causar rebeliones. En adelante deben pagar tributo doble al
Rey. Este debe quitar las comunidades, vender estas tierras a los españoles su-
jetas a los indios a Santo Oficio de la Inquisición por que en el día tienen mas
malicia que nosotros, y quemar las leyes de indias. Para poner en ejecución lo
dicho debe poner el Rey 200 hombres de tropa arreglada en cada provincia,
y que esta gente permanezca siempre, para de este modo hacer respetable el
glorioso nombre de Nuestro Soberano. No tomando estas medidas y andando
con clemencia con los indios, estaremos siempre expuestos a iguales rebelio-
nes, por que el indio tan enemigo será del Alcalde Mayor, como lo ha sido
del Corregidor y de todo español, y asi rigor con esta canalla si su Majestad
quiere asegurar el Perú; de lo contrario es dejarlo para que vivan bajo de sus
idolatrias.
El 19 del pasado murió gloriosamente mi sobrino Josef Tomas de Za-
bala cerca del campamento de Obejuyo distante de aquí 3 leguas. Este mucha-
cho que durante esta rebelión habia muerto mas de 300 indios aquel dia cayó
en una emboscada, que le havian prevenido de mala fé los indios perdonados,
y murio en union de otros cuatro voluntarios tan ardientes como él. Dios los
tenga en su Santa gloria. Paz 2 de enero de 1782.— Juan Bautista Zavala.
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