Page 137 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 137

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    Laysequilla cumplio el orden con solo sus 40 hombres de fusil, y como
            700 Yndios que encontro en el Cerro mandados por el fiel Cacique de Anta
            Dn. Nicolas de Rosas, los que puso a su disposicion. Tres días con sus noches
            estuvo este Oficial conteniendo al Rebelde que por instantes lo incomodaba
            con amagos, lo cual representó a los Gefes para que le mandasen los auxilios
            necesarios.
                    El dia 7 de Enero como a las 5 de la tarde le mandaron 160 hombres, y
            un Pedrero con su artillero.
                    Esta noche hubo bastante fatiga en velar su Puesto, y el dia ocho a las
            once le presento el rebelde la batalla con todo el rigor de su fuerza, y de pri-
            mera instancia tuvo ya desalojado a dicho Laysequilla; pero este Oficial vol-
            biendo por su honor, animo su gente con el mayor vigor, recupero y rechazo al
            Enemigo con un vigoroso fuego hasta la una del dia que el Rebelde bolvio con
            mas empeño, y lo puso en estado de volberlo a desalojar, pero no lo consiguió.
            En este intermedio pedia Laysequilla a la Ciudad el auxilio que tanto necesita-
            ba: la demora en remitirselo era mucha; pero hallandose este Oficial tambien
            quisto, y que corrian voces de hallarse muy herido, lo mas de la Chapetonada
            y algunos Criollos se violentaron y fueron en su solicitud que llegarian a sitio
            como, a las dos y media de la tarde.
                    Yo arreglado al orden que tenia, monté en mi Cavallo con mis armas, y
            bien aperado de municiones me presenté a la puerta del Quartel, y no hallan-
            do a ningun Gefe, tire apresuradamente al Cerro de Piccho donde me incor-
            poré con el nuevo refuerzo echando pie a tierra, con mi escopeta como el mas
            minimo soldado, con lo que recibió gran consuelo, y se animo Laysequilla,
            pues el fuego que se hacia era incesante con lo que el Enemigo ya demostró
            alguna cobardia, porque los nuestros iban avanzando y ganando algun terreno
            del contrario.
                    En estas fatigas estabamos quando a las cinco de la tarde vino de auxi-
            lio la Compañia del Comercio, y un Pedrero. Entro a la Guerra con el mayor
            empeño y obediencia al Comandante Laysequilla, asegurandole el Capitan
            Dn. Simon Gutierrez que su determinacion y la de todos sus Soldados era
            sacrificar sus vidas en defensa de la Religion, Rey y Patria, con cuyo esfuerzo
            siguió la batalla hasta la Oracion, dexando a la retirada del rebelde en nuestro
            campo seis o siete muertos, y como 30 heridos; pero en el contrario se advir-
            tió quedar regado de cadaveres; y estando ya para retirarnos vino una bala
            de cañon que partio por el pecho a un soldado que estaba a mi derecha, de



                                               136
   132   133   134   135   136   137   138   139   140   141   142