Page 859 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            migo que se alojó en puesto más ventajoso, para impedirles el paso; sin duda
            hubieran sido víctimas de la irreflexión, y del descuido, sobrecogidos de una
            sorpresa premeditada por el rebelde Túpac Amaro a no velar la Divina Provi-
            dencia en su inmunidad, por medio de un prisionero que prófugo del campo
            contrario, se introdujo al nuestro y participó su peligro. En efecto a las cuatro
            de la mañana fueron atacados los nuestros con fiereza, en medio de la nieve
            que cubría aquella serranía; pero como se hallaban sobre las armas, recibieron
            los enemigos una fuerte descarga, y se retiraron sin mayor pérdida al lugar de
            su fortificación.
                    Conocidas por el Jefe las ventajas de la situación opuesta, y que a los
            nuestros hacía demasiado daño la rigidez del clima, a que no estaban acos-
            tumbrados, y que los desalentaba, aun para tomar el fusil en las manos, en la
            más estrecha necesidad de atacar, deliberó hacer un retroceso a la quebrada de
            Urcos a reparar la tropa; esta noticia dió mérito a que el Visitador (todo ojos
            para prevenir nuestros riesgos, y proveer lo más conducente al buen éxito de
            nuestras armas) partiese a la ligera, a fin de conferir en el caso los oportunos
            arbitrios a la continuación del ideado proyecto de Tinta; y al otro lado del
            Puente en un paraje nombrado Pampachulla, le tiraron los enemigos tres ca-
            ñonazos, de cuyo riesgo libró el Señor a este esclarecido ministro de Vuestra
            Majestad, cuya vida es tan necesaria en las circunstancias, para el restableci-
            miento del Reino; su presencia, al paso que infundió terror y espanto a los
            enemigos, que se retiraron acobardados de la descarga que les dieron, sirvió
            de aliento a los soldados para fortalecerse, y seguir por otras vías de empresa.
                    Desde este punto todos los pasos de nuestras tropas fueron otros tanto
            triunfos, pudiéndose con justicia decir de este heroico ministro, lo que Dios
            al Legislador de Israel, en el 2° del Deuteronomio: «Hodie incipiam mitere
            terrorem, adque formidinem tuam impopulos, ut audito nomine tuo paveant
            et inmorem parturientium contretremifcant et dolore conterantur». Con
            prósperos sucesos se acercaron por Quiquijana a las inmediaciones de Tin-
            ta, castigando en el tránsito a unos, y sujetando a otros a abrazar la dulce ley
            del vasallaje, de que se habían separado estos ilusos apóstatas; intentó Túpac
            Amaro embarazar el paso del río, pero sus conatos sólo sirvieron para hace.
            más gloriosa nuestra victoria; derrotadas enteramente sus gentes y entregado
            el vil Traidor a la fuga, en que fué apresado con su mujer y dos hijos, que van
            a padecer el último suplicio, en castigo de sus horrorosas crímenes, y escar-
            miento de los demás; también se han hecho prisioneros treinta y tantos de



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