Page 858 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            alturas de Santo Tomás, consiguieron derrotar enteramente a los rebeldes, de
            quienes murieron más de quinientos, y entre ellos los famosos capitanes de
            Túpac Amaro, Felipe Bermúdez y Tomás Parvina, cuyas cabezas se pusieron
            en la horca de esta Plaza Mayor, para que sirvan de terror y funesta memoria
            al escarmiento; se hicieron algunos prisioneros, y a los que impetraron per-
            dón, acogidos a las Reales banderas, se indultaron; se les cogieron un cañón de
            artillería, municiones y otros muchos despojos de que se aprovechó la tropa.
                    Todo lo verá Vuestra Majestad, prolijamente relacionado, en el infor-
            me de los Curas de Cotabambas (de f… del testimonio que incluyo), los que
            acompañaron nuestras tropas, y llenos de celo y amor al servicio de Vuestra
            Majestad, después de haber contenido el ingreso de aquellos pérfidos traido-
            res, que intentaron penetrar los pueblos de su residencia, y siempre fueron
            vigorosamente rechazados de estos activos pastores que se exponían al sacri-
            ficio por el bien de sus ovejas, de la Religión y del Estado; ellos han merecido
            generales aplausos por su fidelidad y sus procedimientos, mi justa aceptación, y
            que por el Visitador General se les den las gracias a nombre de Vuestra Majestad.
                    No se vió acción alguna señalada en las columnas que se encaminaron
            a Paucartambo, por no haber encontrado rebeldes que combatir, y sólo se
            veían en la elevación de los cerros algunas partidas cortas de indios, que tal
            vez se remontaban temerosos del castigo que demandaba su atrevimiento; con
            esto regresaron prontamente a unirse con los tropas del Inspector.
                    El Corregidor de Paruro, Don Manuel Castilla, que discurría por el
            centro de su provincia, atacó de forma a los alzados, que persiguiéndolos has-
            ta el estrecho del pueblo de Cochirihuay, fueron enteramente derrotadas; con-
            tinuó sus marchas hasta el de Accha, antes sangriento teatro de la crueldad
            enemiga; y consiguió abatirlos enteramente, considerándose más de setecien-
            tos los muertos, fuera de prisioneros, mutilados y heridos. Agregadas estas
            tropas en Livitica a las de Cotabambas y Chumbivilcas, regresaron por orden
            del Inspector para los altos de Yanacocha; y en este tránsito fué memorable la
            acción que tuvieron con un cuerpo numeroso de más de seis mil indios a los
            cuales batieron, con militar arte y denuedo, y derrotados fueron presos sus
            principales capitanes Francisco Túpac Amaro, tío del fanático José Gabriel,
            y Francisco Torres, quedando por despojos de la victoria un cañón, armas y
            algunos víveres.
                    Entre tanto las que conducía el Inspector a la expugnación de Tinta,
            tuvieron que padecer mucho en el sitio nominado Pucacasa, a la vista del ene-



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