Page 826 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            pusiese estaba amancebado con su muger y la de Rivota, como la comunidad no lo
            contradijo, y el agraviado era el que lo dictaba, no hizo empeño el confesante para
            que se dejase de poner. Que si esto es cierto, sobre lo que a su ánimo no ha sido
            escusarle ni acusarle tampoco, es en asegurar lo mismo que tiene dicho, de que le
            ha persuadido á la quietud, y paga de tributos integramente; pero que es desgra-
            ciado, y en todos los curatos ha tenido que sentir con sus feligreses, sin saber el
            confesante la causa.

                    Asi mismo se le reconvino como tiene en varias ocasiones declarado, que
            él no puso los pies en la Punilla, constando de los mismos autos y varias cartas, y
            en particular de la de 11 de Febrero y 15 del mismo, escritas desde la Punilla por
            él, su hermano Damaso y Santos Acho, donde se leen las expresiones de amena-
            zas, torpezas y desverguenzas que están de manifiesto, y corren desde fojas 9 hasta
            42, y no conviene lo expuesto en esta su confesion, con dichas cartas escritas á su
            nombre desde el citado sitio en que se acamparon, para invadir y asaltar esta ciu-
            dad.- Dijo: que .se afirma y ratifica en lo que tiene dicho, de no haber puesto los
            pies, como declararán unánimes y conformes todos los reos que están en esta real
            cárcel, y uno de ellos será el citado Santos Acho: pues aunque ignora si este acom-
            paño á su hermano Damaso en el bloqueo, no puede dudar que estaba muy dis-
            tante, asi de concurrir personalmente, como de consentir en una revolucion que la
            tuvo por desatino, y que el haber querido poner su nombre sería por parecerle á su
            hermano que con aumentar sujetos ó firmas se hacian mas autorizadas las cartas;
            y el escribiente de ellas Juan Pelaes es el mas culpado, porque fingia nombres de
            quienes no le mandaban escribir ni estaban presentes, y como de los tres que en
            ellas se citan, ninguno sabia leer, ponia á su antojo lo que queria, acriminándolos
            con expresiones que, aunque hubieran sido vertidas por ellos, debia escusarlos
            con la seguridad de que ninguno le habia de notar lo que dejaba de poner.

                    Preguntado: ¿ya que él afirma no estuvo en el citado sitio, declare si lo es-
            tuvo Santos Acho, si fué su capitan, compañero y consultor en todos sus negocios
            y revoluciones, ó si ha estado ó vivido separado de los alzamientos, robos y muer-
            tes que han sucedido en el tiempo que se han mostrado rebeldes, y desobedientes
            al Rey y sus tribunales, despachando convocatorias con fingidas promesas y exen-
            ciones que ellos á su arbitrio han querido divulgar: porque en la pregunta 17 le es-
            cusa de la concurrencia de la Punilla, y si es cierto, tambien será igualmente falso
            haber escrito las cartas citadas arriba? -Dijo: que tiene presente lo declarado en el
            capítulo 17 de su confesion, esto es, que Santos Acho acompañó hasta Quilaquila á



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