Page 777 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            ni las muertes que en ellos hacian, sino por el incendio de la primera casa de
            dicha plaza, que es en la que habitan D. José Endeiza, con otros varios transe-
            untes, con un fuerte caudal de 200,000 pesos poco más ó menos, en que á este
            ejemplo iban derrotando las demas casas y robándolas, pues que parece ese
            habia sido el fin principal de aquella conmocion.

                    En esta hora, que serian mas de las diez de la noche, ya me ví desam-
            parado, sin haber persona que comunique mis órdenes, porque los europeos
            unos iban muriendo, y los mas huyendo, ni tampoco quien las obedesca ni
            oiga, porque el bullicio era tan grande, la confusion y la ferocidad tan extraor-
            dinaria, que ya no me quedaba mas que esperar la muerte. Pero no obstante,
            supe contenerme toda la noche, buscando siquiera un solo vecino que me
            ayudase en aquel lance, y no lo hallé, porque la plebe con furia incendiaba y
            quitaba las vidas á cuantos encontraba, al paso que yo consolaba mi esperanza
            en que acabado aquel saqueo, se serenaria la gente. Mas no sucedió así, porque
            ya llamando aquellos delitos á otros, se mantuvieron en la misma ferocidad,
            ayudándose aun de las mugeres plebeyas para que alcanzasen piedras.

                    En este conflicto solo me ocurrió enderazar mis pasos fuera de la vi-
            lla, en compañia de D. Ramon Arias, á auxiliarme á Cochabamba de la tro-
            pa necesaria para contener aquel increible alboroto y rebelion. Así lo egecuté
            con los indecibles trabajos que ofrece una extraviada y repentina marcha, con
            abandono de mi casa é intereses: y luego que fuí puesto en aquel lugar, la pedí
            á su corregidor, D. Felix de Villalobos, quien me la denegó por el fundamento
            de que estaba resguardando aquella villa que tambien estaba amenazada; se-
            gun que con individualidad consta mi verdad del escrito y decreto manifesta-
            do á la Real Audiencia, que sin duda ha informado en esta ocasion á V. E.

                    De esta suerte me hallé en esta ciudad, habiendo puntualizado todo lo
            acaecido á la Real Audiencia por medio de una declaracion hecha ante el Se-
            ñor Juez Comisionado Oidor de la Plata, D. Manuel Garcia, para la diligencia
            de la averiguacion. Yo, por lo que á mí toca, he hecho presente al comandante
            D. Ignacio Flores, y aun á dicho comisionado la causa de mi trasporte, que
            es pedir el auxilio necesario, viendo denegado el que solicité del Corregidor
            de Cochabamba; y parece que contemplando que en el particular se tomarán
            otras providencias mas acordadas y prudentes, no han fomentado mi pen-
            samiento, especialmente dicho comandante, expresándome no ser necesario
            por ahora.


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