Page 774 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
Esta Ciudad por muchos dias se vio cercada y rodeada de una multitud
de Yndios que tuvieron el arrojo de acamparse dos leguas de distancia capita-
neados de Damaso, y Nicolas Catari que no se dudan obran de acuerdo con el
traydor Tupac Amaro; y aunque el dia 20 de Febrero fueron rechazados con
muerte de muchos de ellos y total victoria de las invictas Armas de nuestro
Soberano, continua y fermenta el incendio de la rebelion, causando lastimosos
estragos, siendo lo mas doloroso lo acaecido en la Villa de Oruro, cuyo infeliz
estado hasta el dia se ignora, como de todo se instruir a a V. Exa. por el testi-
monio que acompaña con la Respuesta del Sr. Fiscal que solidamente recopila
la melancolica actual constitucion del Reyno.
En estas criticas circunstancias hallandose esta Real Audienra el re-
medio de tantos males y careciendo igualmente de fuerzas suficientes para
atender a los tumultos que en diversos Lugares diariamente se subcitan ha
contemplado forzosamente y necesaria la presencia de V. Exa. en esta Ciudad,
pues con su elevado caracter, y superiores facultades, tomara todas aquellas
medidas que puedan sofocar en tiempo tan continuados movimientos, y res-
tablecer oportunamente la quietud publica, antes de que llegue el caso de una
general revolucion que arrastre los Pueblos que hasta aora se mantienen fie-
les. En esta inteligencia se hace este. Expreso a V. Exa. para que ganando los
instantes se sirva transportarse a esta Ciudad, pues sin la presencia de V. Exa.
estas Provincias sera muy dificil vuelvan a la antigua subordinacion, y muy
temible su total perdida: lo que esta Real Audiencia inflamada del celo del Real
servicio, y con los mas fieles anhelos de conservar el Estado, hace presente a V.
Exa. para en ningun tiempo quedar responsable a Dios, ni al Rey de las funes-
tas consecuencias que se experimenten, sino se presenta un Gefe del Caracter
de V. Exa. que con sus superiores talentos, y pericia militar pueda atajar el can-
cer que espantosamente tiene dañadas todas las Provincias; dandose de ella
quenta a Su Magestad en el proximo Correo para que quede instruido su Real
animo del infeliz estado de sus Dominios: y que esta Real Audiencia en credito
de su lealtad no omite, ni perdonara medio, ni arbitrio que pueda restablecer
la tranquilidad publica. Nuestro Señor guarde & Plata y Marzo 15 de 1781.
(N.Y.P.L.R.C. Paz, Tomo I pp. 371-373).
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