Page 733 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                     Que los que se vean en este triste caso de seducción y temor, deben
             ser perdonados, como lo declaro, desde el día en que depongan sus armas, y
             se restituyen a la habitación de sus pueblos, abandonando al Rebelde, como
             espero lo abandonen y tengan por defraudador de la tranquilidad pública de
             estas provincias, y de la obediencia al Rey más justo que ha tenido el sitial
             de nuestra amada Nación; cuyas leyes civiles ha roto este atrevido, indigno
             y horrendo vasallo, con los feos y detestables crímenes que ha perpetrado, o
             ejecutado, contra aquella y éstas.

                     En este perdón no pueden ni deben ser comprendidos, aunque dejen
             las armas y se restituyan a sus pueblos, los caciques que están en su alianza, ni
             los jefes de esta rebelión y conjuración, conviene a saber: Jose Gabriel Tupac
             Amaro, sus hijos Hipólito, Mariano y Fernando, su (primo) hermano Diego
             Tupac Amaro, su tío Francisco Tupac Amaro; sus primos Andrés, Patricio y
             Francisco Noguera, Diego Berdejo, su cuñado Pedro Mendigure, la mujer del
             Rebelde Micaela Bastidas y su hermano Antonio Bastidas; Diego Ortigosa,
             escribiente; sus Capitanes Generales Felipe Bermúdez y Aymi Tupac, indio
             de Sicuani; su Coronel Jose Mamani, indios de Tinta; sus Capitanes Francisco
             Santacruz, vecino de Langui; Antonio Saravia, de Layo; Miguel Samalloa, de
             Sicuani; Lucas Calque de Pomacanchi; Hermenegildo Rojas, de Combapata;
             Miguel Mesa, de Maranganí; Diego Mesa, de Yauri; Juan de Dios Parvina; el
             Alférez Pedro Venero, estanquero de Tinta; Andrés Gastelú, vecino de Tunga-
             suca; Antonio Gastelú y sus hermanos de Sicuani; el Cacique Torre, de Aco-
             mayo; el Cacique de Sangarara que quemó la iglesia; la Cacica de Acos (Toma-
             sa Titu Condemayta), que ha auxiliado con frecuencia al Rebelde; Francisco
             Guambutia, indio de Yauri, Justicia Mayor de Tinta, Manuel Galleguillos y
             todos los demás de este orden que hayan hecho de jefes.

                    Igualmente declaro, que cualquiera de los que componen hoy su osada
             tropa en la lista anterior, que entregue a alguna de estas personas nombradas,
             o cabezas de motín, además de ser incluído en el perdón explicado, obtendrá
             el premio que mereciere, ya sea con una buena cantidad de dinero por una
             vez, o ya con un destino o renta equivalente, según lo he resuelto en pre-
             mio de su fidelidad, a favor de los famosos y leales, beneméritos Caciques de
             Anta y Chinchero, concediéndoles por los días de su vida, y en atención a sus
             heroicos servicios, los sueldos de capitanes vivos de ejército; que es en esta
             América el de ochenta pesos mensuales, que han de gozar y cobrar en estas



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