Page 178 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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                    Señora Gobernadora.- Muy Señora mía  y  toda mi veneración.-
            Celebraré que esta halla a Vuestra Merced con toda felicidad para mi amparo;
            yo por estar enfermo, no vengo en persona a postrar a sus pies, y sólo
            despacho al portador de ésta que es mi sobrino, para que vuestra Merced nos
            favorezca en justicia, y por Dios que soy un pobre sacerdote, Ayudante de esta
            Doctrina, a quien robó doscientos pesos en plata un mozo llamado Gregorio
            Chávez, desgajándome los cimientos de una pared, y este tal vive en la casa
            donde estoy, y he hallado evidentes señas, como consta al Alcalde y personas
            fidedignas, que contradicen a lo que él alega, diciendo que se huyó al cerro,
            por miedo de que venían los del Cuzco; y así suplico a Vuestra Merced, como
            a madre de los pobres, se sirva de darme licencia para hacer prender, aunque
            ya le hice prender. Hizo fuga anoche, como consta al Alcalde; también me
            quiso perder el respeto, no mirándome que soy sacerdote; por tanto, suplico
            me conceda lo que le pido, mientras ruego a Dios Nuestro Señor, guarde a
            Vuestra Merced muchos años.- Muy señora mía, besa la mano su más rendido
            Capellán.- Licenciado Martín Castilla.

                                                 §


                    Despáchame preso a Don Andrés Castello, porque éste hace muchas
            extorsiones en todos los pueblos que va, de modo que pueden rebelarse contra
            nosotros, pues en Langui hizo los destrozos que pudo en casa de (Francisco)
            Santa Cruz (que aquí se halla enfermo con una herida) saqueándole toda su
            casa, repartiendo todos sus bienes a los soldados que le acompañaron, hasta
            su ropa y vestidos así pertenecientes a él como a su mujer, y doscientos setenta
            y siete pesos que tenía en plata, sin dejarle hasta la precisa manutención; con
            tal estrépito que llegó al exceso de atrincar y maltratar a dicha su mujer.
                    Yo creo que la comisión que le diste no se extendía hasta tanto, y así
            necesita una corrección que pueda contenerlo, y que se haga responsable a la
            satisfacción de toda aquella pérdida; y no hay que darle otro comisión, porque
            dirán que vamos contra todos.
                    Que igual destrozo hizo con Agustín Moscoso, que de todo te impondrá
            el portador; y de cómo fué (todo) por influjos de unos mozos Rodriguez,
            enemigos de Santa Cruz, que no es capaz de hacer ningún perjuicio a nadie.
                    Por la inclusa, de Doña Tomasa (Titu Condemayta) te impondrás lo
            que en el día hay. Yo le escribo previniéndole no se descuide en echar su gente



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