Page 112 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Real Cédula de SM en que manifiesta los justos motivos
                 de su real resolución de 21 de junio de este año,
                   autoriza a sus vasallos americanos para que
               por vías de represalias y desagravio hostilicen por
             mar y tierra a los súbditos del Rey de la Gran Bretaña



            Año 1779. En Madrid. En la Imprenta de Pedro Marin.


                           EL REY.


                    UNO de los principales objetos á que he atendido desde mi exaltacion al
            Trono de España, ha sido mantener quanto ha estado de mi parte la tranquilidad
            de Europa y America tan intimamente unida con la felicidad de los habitantes de
            ambas regiones. Para cortar las calamidades de la guerra actualmente encendida
            entre la Francia y la Inglaterra, y prevenir que sus fatales efectos se estendiesen á
            mis dominios, usé de quantos medios dictan la humanidad y la sana política. Desde
            el principio de las desaveniencias observé la imparcialidad mas generosa y sincera
            entre las Potencias beligerantes, haciendo al mismo tiempo vigorosos esfuerzos para
            reducirlas á una composicion reciprocamente honrosa y acomodada á sus respec-
            tivas circunstancias. Para dar peso á la negociacion abrí mis tesoros, y dispuse un
            respetable armamento maritimo que aseguraba mis posesiones de todo insulto, y
            ponia en mi mano la balanza entre las naciones armadas. Lexos de acreditar la me-
            nor propension á la guerra, me dediqué á proporcionar á mis pueblos los frutos de
            la paz en el fomento de la agricultura, el arreglo del comercio, la rebaxa y extincion
            de muchos derechos, que son testimonios nada equívocos de mis disposiciones pa-
            cíficas, y de que solo pensaba establecer entre mis vasallos la prosperidad y la abun-
            dancia. Las proposiciones que hice á las Potencias contendientes, desde luego que se
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