Page 363 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            son tan serias y al vivo, pues no hay duda, que a los naturales se les representa-
            rán aquellas sangrientas refriegas, que tuvieron en los campos, cerros y otros
            riscos, donde se auxiliaron apenas, por escapar sus vidas; y en vez de hallar
            sagrado, dieron de ojo con las víctimas  sin remedio de cura; acción que tie-
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            nen que sentir mientras sus días; y así cuando oyen la retreta de noche, y se
            les representan estos espectáculos guerreros, procuran con la mayor eficacia,
            evadirse de tales visiones, y se parten a sus distritos. Viénese, pues, a la razón
            de que éstos, diariamente, irán reconociendo el poder soberano del Rey, el va-
            lor de sus incontrastables armas; y como en defensa de los españoles que mu-
            rieron indefensos, por desprevenidos, se levantan otros al desagravio, con tal
            empeño a consumirlos, que a no haberse interpuesto el perdón general (como
            los indios, a boca llena, lo confiesan, y dan las gracias a Vuestra Señoría Ilus-
            trísima de este singular beneficio), no queda irremisiblemente ni aún relieve
            de ellos. Ojalá, así se hubieran manejado desde sus principios y siempre que al
            menor movimiento de deslealtad, se hubieran visto atacados los indios  con
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            tal escarmiento, para nunca más molestar al Real Trono de España.
                    Finalmente, Ilustrísimo Señor, todas las provincias predichas, con sus
            pueblos, hoy gozan de tal suavidad con sosiego, comunicación, confraterni-
            dad, y una total sujeción, con rendimiento a la Corona de España; que presu-
            mo estar hoy mejor sus gentes, y más humilde que antes; porque están muy
            convertidos, con rendimiento serviciales con prontitud, y horrorizados con
            tal temor, que si otra vez se ofreciera (lo que Dios no permita, en castigo de los
            pecados cometidos) armar nuevo tumulto, juzgo que primero serían homici-
            das del Rebelado que partidarios del Traidor; pues están con tal escarmiento,
            así del poder del Rey, como de las malas consecuencias, que les ha acarreado
            la seducción experimentada, con tal ruina temporal y espiritual, de sus padres,
            mujeres, hijos y otros consímiles; que tienen que llorar y llorarán amarga-
            mente y sin consuelo, mientras Dios los tuviere de peregrinos  en estar carne
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            mortal, hasta ponerse en aquel estado  de felicidad, a cuyo fin fuimos creados.
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            33. Así perecieron por quinientos y miles en Lares, Calca, Collquepata, Paucartambo, Chainacasa, Quiquijana, etc. Y en el Collao, en
            Inampo, Paraoca, Sururpano, Cacsili, Azángaro, Puno, Huasi y otros muchísimos lugares. En el Obispado de La Paz fué incontable
            el número de los muertos; pues leguas enteras había de indios destrozados; fuera de los pueblos, en donde con sus mujeres e hijos
            pagaban. Y si el señor Inspector General no hace la retirada de Puno, o deja allí siquiera 400 hombres, la laguna se llena de indios
            muertos, porque allí fué muy cruel la matanza. [nota del autor]
            34. No obstante, según avisos, cartas, papeletas y otros apuntes de las tropas, se ha llegado a saber que pasan de cien mil los indios
            muertos, de todas edades, en ambos Virreinatos. Los españoles pasan de diez mil, con mujeres y criaturas. En el Obispado de La Paz,
            se dice que han muerto setenta y más sacerdotes. En el Cuzco, como se sabe, han muerto sólo seis sacerdotes. [nota del autor]
            35. Quot sunt dies annorum vite tue? dies peregrinationes mei 130 annorum sunt. (Gen. 47-8, 9) [nota del autor]


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