Page 358 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Estado del Perú
Buenos Aires hasta la Raya, premiando a los leales y castigando a los rebeldes
reincidentes y a otros jefes de la no imaginada sedición, con tal escarmiento
de estos naturales, y exhortándoles personalmente a la muy debida sumisión y
rendimiento a nuestro amabilísimo Monarca y Señor, como tan celoso y acé-
rrimo defensor de la Real Corona de España, se restituyó a su Departamento
o Gobierno; se hallan estas enunciadas provincias, aún sus países más remotos
con una indecible tranquilidad, paz, sosiego y, lo que es más, con una impon-
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derable sujeción y vasallaje a la más augusta, sacra y real Majestad Don Carlos
III, que Dios guarde, con tal inspección de reconocimiento y humildad, que
causa admiración el contemplar, que después de haber sido, sin excepción,
unos contumaces rebeldes contra Dios, contra el Rey y la Patria, se habían
tornado a ser humildes, que me escasean voces, para hacer una viva expresión
de su conducta y estado.
Por lo general los naturales y sus descendientes subsisten en sus luga-
res, frecuentando sin disminución sus anticuados estatutos de servicios per-
sonales, y otros ministerios que precisan con tal antelación de sus individuos
más distinguidos, por no interpolar su método gubernativo. Acuden sin re-
pugnancia a todo lo que se les ordena, toman su pre correspondiente; guían a
sus destinos, conducen los pliegos aún de menor consideración con la mayor
legalidad; retornan sus contestos (contestaciones); y si por algún acaso hay de-
trimento con algunos, la severa reprensión de éstos es el escarmiento de otros,
para evitar descuidos; con esta acción y gobierno se les demuestra superiori-
dad y dominio, que siempre los españoles y jefes han tenido, tienen y tendrán
en sus personas.
A la mita de Potosí, por ser un servicio muy debido, privilegiado, han
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concurrido sin repugnancia en estos dos años; y al presente también, con el
mayor afán, se han transportado los asignados; y para nunca decaer en este
empleo, por ceder en obsequio de Su Majestad, se eligen según sus costum-
bres, comodidad y posesiones, con bastante antelación de tiempo; tampoco se
escasean para con los trapiches y minas que hay en las riberas de estas Provin-
cias. A la satisfacción de los reales tributos se compelen con toda voluntad e
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3. Estaba ya cerca el Señor Presidente con sus tropas; entonces concedió el indulto general Excelentísimo Señor Virrey de Lima, que
fue el Señor Don Agustín de Jaúregui. [nota del autor]
4. Todos los que han venido de Potosí, Paz, Buenos Aires y otros lugares más remotos, como son Apolobamba, Mojos, dicen que está
todo muy sosegado, y que los indios se muestras muy humildes y rendidos. [nota del autor]
5. Por este servicio se les asigna grande privilegio en sus repartimientos de tierras, y tienen derecho para que aún sus hijos hereden, ni
los caciques les quiten, antes los amparen, para alentar a otros a este Real Servicio. [nota del autor]
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