Page 371 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José de la Riva Agüero
            dispensador: a saber, que se sometiesen a la aprovacion del gobierno. Usted
            pues está engañado si se considera con derecho en virtud de ellas, no solo á
            volver á su hogar, sino á disfrutar de los honores y consideraciones que como
            á un gran mariscal le correspondian; y yo me encuentro obligado á disipar
            semejante error, acompañandole la gaceta estraordinaria n° 2, en la cual se
            rejistra con fecha 1° de Marzo un decreto de emplazamiento que señala quin-
            ce dias de termino á los emigrados de la Capital para volver á sus hogares;
            é impone por castigo á los obstinados, la perdida de sus empleos civiles ó
            militares. No habiendo Usted buelto á esta ciudad hasta el dia 16 del mismo
            Marzo perdio sin lugar a reclamacion su clace; y el Jefe Supremo habria caido
            en una averracion tan ridicula, como injusta, sinó obstante esta traba podero-
            sa, hubiese devuelto á Usted su empleo con injusia de otros emigrados, menos
            delincuentes.
                    Por lo respectivo á garantias de otra especie es notable que no habien-
            do Usted confiado en las que, segun dice, le concedieron varios oficiales del
            Ejercito, reconociendo en Su Excelencia facultad para anularlas, como espe-
            didas sin especial Poder, las cite al presente como documentos que apoyan la
            inmensidad de sus reclamos: para proceder con tal inconsecuencia se necesita
            haber caido en completa imbecilidad, ó poseer una dosis de audacia bastante
            para mantener una comunicacion oficial con inepcias que apenas podran so-
            portarse si tuviesen lugar entre Usted y sus partidarios.
                    Demás sería, Señor Riva Agüero, entablar una discusión odiosa sobre
            si las injusticias hechas con mi anterior nota, son hijas de la calumnia, ó de la
            severa justicia, quando el habito del mal cauterizando su consiensia, ha dado
            á Usted ese caracter frio y tan insensible á los estimulos del pundonor, como á
            los del arrepentimiento.
                     Basta en esta virtud de contestaciones, basta de apolojias de una con-
            ducta tan negra; y si Usted desea que el estilo de las comunicaciones del Go-
            bierno sea menos acre, y que se le guarden en ellas los fueros de los caballeros,
            destroce las paginas de la historia peruana que há mandado que juzgue su
            anterior comportamiento, lejos de un pais que no es digno de habitar: agase
            Usted acreedor á volver á su patria.
                    El Benemerito Jeneral Salaverri será muy pronto enterado de estas
            contestaciones, y lejos de desaprobar el lenguaje de sus oficios, no hallará en
            el diccionario del idioma frances harto significativas para aplicar á la com-
            portacion artera de Usted, y yo pongo fin á esta correspondencia, reiterando



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