Page 367 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José de la Riva Agüero
            rriente, que sometí á su conocimiento; y me ordena espresar á Usted los sen-
            timientos que su lectura ha producido en el animo recto de Su Excelencia, no
            de admiracion porque jamas debio esperarse de Usted una conducta franca
            e hidalga, sino de justo enojo, por verse insultado por un hombre al cual ha
            arrancado del suplicio la induljencia ecseciva y universalmente censurada,
            que dicto el salvo-conducto espedido á su favor, al que la misma compor-
            tacion villana de Usted ha quitado su virtud, no obrando hoy sino como un
            documento de terrible acusacion.
                    Instado el Gobierno por las suplicas que Usted en su impotencia le di-
            rijía y anelando poner termino á los desastres de la contienda civil, cubrio con
            un velo impenetrable, para libertarlo del castigo afrentoso que le correspondia
            como á caudillo de ladrones, esos crimenes de que acusan á Usted los campos
            helados, los propietarios reducidos a dolorosa indijencia y los sepulcros de las
            victimas que cayeron al rigor de puñales aleves: rasgó la lista de los Oficiales
            del Ejercito que hechos prisioneros fueron barbaramente destrosados, y ese
            decreto que autorizaba á los mal hechores para pasar á cuchillo á cuantos ami-
            gos de la causa del orden cayesen á sus garras sangrientas.
                     A tal grado subio la generosidad de Su Excelencia, que no puede apre-
            ciar en su valor justo el alma mesquina y rencorosa, y con tales sentimientos
            firmó el salvo-conducto que afianzaba á Usted su seguridad personal, con la
            forzosa condicion de presentarse en esta ciudad.
                    Lejos de cumplir con la clausula condicional de la garantía, se ha asila-
            do Usted en un buque estranjero, y desde alli reclama el cumplimiento de una
            promesa que ha caducado por muchas razones
                    1a. porque no ha llenado Usted la obligacion que se le impuso, á la cual
            se sometio gustoso 2a. porque acojiendose á un pabellon estraño, ha insultado
            atrosmente al Gobierno dudando de la buena fé de su palabra 3a. porque la ac-
            titud de Usted á bordo del Acteon, menos es la de un reo de lesa indultado que
            la de un hombre benemerito que ecsije del Gobierno, no la proteccion, sino el
            premio de servicios eminentes. Ha puesto Usted de este modo el sello á una
            vida inicua; y si la voz de la conciencia se dejase oír en su pecho, seguramente
            cerraria los ojos para no ver una patria, que ha enrojecido con sangre inocente
            buscando en la tumba un asilo que debe negarle todo pueblo que no quiera ser
            profanado.
                    Ha vuelto Usted en esta virtud al mismo estado en que se encontró al
            recibir el salvo-conducto, y el Gobierno tiene sobre Usted los mismos dere-



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