Page 429 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José de la Riva Agüero
Jose Benancio Mantilla
Teniente Gobernador
Solano Crivillero
Toribio Votiquin
Siguen veintiún firmas.
Excelentisimo Señor
Cuando Vuestra Excelencia disolviendo el Congreso aseguró la Inde-
pendencia de la Republica, presumió esta Municipalidad que no se dejarian
ver males nasidos de este Cuerpo; mas por desgracia trece de sus Diputados
en la Capital de Lima se han abrrogado los derechos que le compitieron á su
totalidad, y procedido á dictar Decretos soberanos. Cuando se analisan estos
hechos, se descubre un orisonte cargado de una pesada nuve de males que
amenaza nuestra existencia. Este finxido Cuerpo sin apoyo de Derecho en
los pasados exemplos, ni en los desbarios de la razon pretende governar la
Republica, apoyada sin duda en una corta faccion que se há sucitado en Lima,
y aun quando fuese toda la poblacion de ella ¿Que es esta comparada con las
restantes de los departamentos libres del Perú? Es una pequeña fraccion de
esta gran familia á quien de ningun modo compete dictar Leyes, y ser advitra
de la suerte de todos.
Esta Munisipalidad para adelante, y examina las calidades de este
Congreso, y no encuentra las indispensables de providad, juicio y opinion.
Estos son unos Diputados sobre quienes recae la sospecha de infidelidad por
haberse quedado en Lima á la entrada del exercito Enemigo, de quien fueron
tratados con familiaridad y con demostraciones de aprecio, pues quedaron li-
bres sus personas y bienes en la retirada. No parece temeridad el presumir que
se huviese puesto de inteligencia con ellos, y que los presentes prosedimientos
son conceqüencias de su Pacto; y á sugetos sobre quienes hay una tal sospe-
cha, no puede atribuirse providad. Si sus determinaciones fueran juiciosas no
sembrarian la discordia y divician entre nosotros, y precisamente en un tiem-
po en que mas se necesita la fuerza reunida para salvar la Patria, al pretexto de
fribolos motivos fundados en principios metafisicos que solo podrian tener
lugar en tiempos menos peligrosos, y en los cuales no huviese la indispensable
necesidad de salvar la Patria, á que toda otra cosa deve ceder.
La opinion de este pequeño Cuerpo no puede ser mayor que la del Con-
greso, de que es parte, y cuyas determinaciones se han criticado publicamente
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