Page 392 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Volumen 1
Documentos varios
No creyendo suficientes para que fueran electos varios individuos
meritorios y de las mas notorias aptitudes el haberlos extrañado de ese te-
rritorio sin causa alguna y para embarasar la eleccion de qualesquiera otro
que fuese de la satisfaccion y beneplacito de estos Pueblos, se manifestaron
aquellas elecciones por medio de emisarios con expresas ordenes para que
se completase el numero de Diputados que se habian repartido con sujecion
a una lista á que cooperaban con persuadir y amenasar algunos individuos
constituidas en Autoridades en la misma capital de Huaras, sea porque tuviese
interezes personales, o porque influian mas de cerca los Presidentes. Al cabo
figuraron estos Pueblos nominalmente y fui espectador de la mayor perfidia
y vejaciones que se hán inventado contra el Pueblo peruano. Disenti de todas
esas operaciones, aunque no me era posible arrostrar a los que podian aniqui-
larme en el momento y llegado el tiempo de hacerse manifiestas las elecciones
recorriendo la nomenclatura de los Diputados, se vieron las de unos seres
humanos, de cuya existencia podiamos dudar fixamente á excepcion de solo el
Señor Larrea Con-Provinciano Patriota, y conocido á buena luz generalmente
en todo el Departamento.
No es necesaria mucha incumbacion para mensurar el grado de acep-
tacion que se podia merecer un cuerpo cuyos individuos constituian unos
extraños de cuyas aptitudes probidas y demas circunstancias no se tenia la
menor nocion ni idea viendolos colocados para el exercicio de la Soberania en
lugar de sus meritorios comprovincianos, y aún de otras personas aparentes
para el efecto de quienes se tenian las precisas nociones. Asi es que ese cuerpo
respetabilisimo por su esencia, o el centro del respeto por mejor decir, se hiso
el objeto de la mas ridicula critica. ¿Quien inventaba atributos degradantes,
quien fomentaba satiras y elogios ironicos á los Diputados nombrados, y to-
dos finalmente los miraban con una detestacion interior que se suprimia por
el miedo de las bayonetas, y el sagrado nombre que llevaba.
Sobre estas bases tampoco es dificil conocer la complacencia de estos
Pueblos en el aniquilamiento de sus opresores, y de los usurpadores de su
Representacion que intrusos por unos medios tan insultantes á la misma So-
berania individual y popular se habian erigido á usar de ella como si fuese por
su espontánea voluntad. Los [roto] que contribuyeron á violentar los Pueblos
hasta ahora son mirados con bastante detestacion, y podre asegurar que aun se
conservan esas comunicaciones terroristas que poniendo trabas á las lenguas,
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