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de su deuda con obligaciones de largo plazo. Hoy  de que "no chorrea" o de que "no se sienten las
                  día el devastador huracán le ha cambiado dra-  mejoras del programa a nivel microeconómico"
                  máticamente sus proyecciones, que hasta el mes  tienen una sola intención: liberar las fuerzas del
                  pasado aún se mantenían en 4,3%.            consumo.

                  Nuestros vecinos del sur —Argentina, Chile,  Hoy en día aún hay quienes pretenden imponer
                  Paraguay— tampoco son una excepción. Su inte-  medidas destinadas a incentivar el consumo, para
                  gración a los mercados financieros ha hecho que  —dizque— aplacar el monstruo de la recesión,
                  la crisis reduzca su tasa de crecimiento del 5,5%  cuando este proceso de enfriamiento es producto
                  inicialmente prevista a 4,2%. Nadie quiere ma-  de un shock externo y de fenómenos naturales.
                  quillar la crisis que existe, pero los escenarios  Técnicamente, no se le puede llamar recesión.
                  pesimistas no son recurrentes todos los años. Un
                  sector importante de analistas opina que el año  Sigamos con el ejercicio mental. Si impulsamos
                  1999 no será peor que este año, aun cuando al-  un rápido crecimiento del crédito y de la liqui-
                  gunos lo vean como que simplemente es una varia-  dez, se dará en el corto plazo una presión en el
                  ción de carácter estadístico. Lo mismo ocurrió en  consumo. Los agentes económicos creerán que
                  el año 1997 con relación al año 1996, en que el  con una inyección de dinero a la vena se esfuma-
                  crecimiento apenas fue superior al 2%. ¿Por qué  rán los problemas de la economía mundial. ¿Qué
                  no podemos esperar lo mismo ahora? La crisis  conseguiríamos? Sólo repetir la historia de los
                  que tenemos se ha alimentado no sólo de facto-  años 1985 y 1986, cuando los gurues —¿o debe-
                  res externos, sino también internos. El fenóme-  mos decirles señores chamanes?— nos hicieron
                  no de El Niño produjo una caída entre abril y  creer que apartándonos del mundo podríamos
                  junio —es decir, en el segundo trimestre del pre-  crear nuestro propio paraíso terrenal.
                  sente año— de -2,7%, algo que no veíamos desde
                  el año 1992.                                Desde hace varios años se critica con insistencia
                                                              que tenemos un modelo antiexportador; cosa
                  Resulta comprensible, señor Presidente, la pre-  extraña, porque las exportaciones han liderado
                  ocupación que genera la situación actual, pero  el crecimiento económico sostenido durante los
                  ésta no nos debe llevar a una peligrosa crisis de  últimos años. Ahora, en el año 1998, han sopor-
                  expectativas. ¿Podemos pensar acaso que habrá  tado —es verdad— un impacto brutal, que no
                  una nueva crisis asiática, cuando Estados Uni-  puede ser canjeado por un crecimiento artificial
                  dos va al rescate de Japón?, ¿podemos afirmar  de la demanda interna, cuando aún hay preca-
                  que El Niño se repetirá, para hacer más estra-  riedad en la economía y es poco lo que se puede
                  gos? Las expectativas deben ser moderadas. No  hacer hacia adentro.
                  dudo que el próximo año será mejor que éste;
                  incluso se puede prever que el PBI recuperará  En este sentido, señor Presidente, yo quisiera
                  sus índices habituales entre el 4% y 6%.    nuevamente recordar algunas de las cifras que
                                                              permanentemente son publicadas en la nota se-
                  Lo que nadie podría hacer, ni siquiera el mejor  manal del Banco Central de Reserva, en la cual
                  analista apoyado por una junta de chamanes, es  se puede apreciar muy claramente —en el cua-
                  pronosticar un crecimiento del PBI con exacti-  dro 77: "Oferta y demanda global"— que es jus-
                  tud milimétrica. Y es ahí donde creo que peca la  tamente al crecimiento de las exportaciones a la
                  oposición. La razón es simple, el PBI es una va-  que debemos la dinámica en la economía en los
                  riable cuyo estimado debe responder a una ma-  últimos años. En el año 1996 ese crecimiento fue
                  yor actividad económica o productiva. Para el  del 10,2% y en el año 1997 fue de 13%, en compa-
                  próximo año se prevé una recuperación produc-  ración con un crecimiento de la demanda global
                  tiva basada fundamentalmente en la pesca, la  del 3,1%, con un crecimiento en la demanda in-
                  agricultura y la construcción, pero sin perder de  terna del 0,2% y del 6,7%, respectivamente, en
                  vista los demás sectores,  que confían en resta-  esos años. Lo que ha ocurrido en los dos prime-
                  blecer paulatinamente sus anteriores índices.  ros trimestres de 1999 es que el crecimiento de
                                                              las exportaciones cayó 8,1%, en el primer trimes-
                  Una segunda fijación en estos dictámenes de la  tre; y 5,1%, en el segundo trimestre. Eso es lo
                  oposición se refiere a la recesión. Hagamos un  que está generando los problemas y la crisis, pero
                  ejercicio mental y reflexionemos. ¿Qué se escon-  no podemos reemplazarlo haciendo crecer la de-
                  de bajo esa proyección  pesimista de un escaso  manda interna.
                  crecimiento del producto bruto interno? Obvia-
                  mente, como ocurre todos los años por estas fe-  Quiéranlo o no las medidas de liberalización adop-
                  chas, se busca socavar los fundamentos del ma-  tadas en estos años han permitido el crecimiento
                  nejo económico, que nunca ha estado orientado  líder de las exportaciones sin necesidad de fijar
                  a incentivar la demanda interna. El sambenito  tasas de cambio preferenciales, certex o manipu-



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