Page 7 - Rumbo al Bicentenario Nº 18
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Tibio Rodríguez                                                                   Fuente gráfica:Wikimedia

 or





 de Mendoza













 PRECURSOR IDEOLÓGICO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ Y

 MAESTRO DE LOS PRÓCERES DE NUESTRA INDEPENDENCIA.







          Chachapoyas “nombrada San Juan de la frontera,  los indios y de haber escapado muy mal herido con
          muy antigua y de las primeras que se fundaron de  dos lanzadas y un macanazo en la cabeza, volvió
          orden de don Francisco Pizarro, gozaba por enton-   al Perú en la comitiva de su deudo don Manuel de
          ces el título de “muy Leal”, porque en las alteraciones  Aguiar y Mendoza quien fue nombrado corregidor
          del Reino siempre estuvo por el Rey” . La ciudad,  y justicia mayor de Chachapoyas, lugar a donde le
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          de clima templado con fuertes épocas de frio, la  acompañó. Estando en esta ciudad hizo carrera a
          habitaban un reducido número de personas nobles  más de numerosos hijos desempeñándose como
          que no pasaban de 500 vecinos permanentes que  capitán de caballos, teniente general de la ciudad
          dependían de la agricultura, de la ganadería y de la  de Moyobamba, protector de naturales, regidor del
          pequeña minería. Su principal actividad económica  Cabildo de Chachapoyas, administrador de la San-
          y comercial lo constituía el algodón y el tabaco. Era  ta Cruzada y teniente de correo mayor. Como des-
          una ciudad pequeña de un fuerte arraigo católico ya  cendiente de don Lucas en calidad de nieto, surge
          que contaba, en un área reducida, con tres iglesias  la  gura de don Santiago Rodríguez de Mendoza
          viceparroquias: Santa Ana, San Lázaro y la del Se-  Hernani de Arbildo quien contrae matrimonio con
          ñor de Burgos; tres conventos de pocos religiosos:  doña Josefa Collantes de cuya unión nace don Ale-
          San Francisco, de La Merced y de bethlemitas; y  jo Toribio.  A la edad de tres años, el destino cruel
          con un hospital. Tenía una población que no pasaba  le quitó a su madre que lo privó del beso, la caricia
          de 3 500 personas de todas las castas y sexos.      y la tibieza del seno materno. Su niñez e infancia lo
                                                              pasa visitando y recorriendo el fundo Quemia al su-
          Don  Toribio Rodríguez de Mendoza provenía de       roeste de la ciudad, que su padre había heredado
          una familia de distinguida nobleza. Descendía del   de su antecesor. De su niñez sin madre le nace una
          hidalgo sevillano don Lucas Rodríguez de Mendoza    libertad casi irrestricta; todo lo explora y todo lo pre-
          y de San Juan, fundador de la casa peruana de los   gunta en los domicilios y huertos de su innumerable   7 7 7
          Rodríguez de Mendoza, quien aparece en la ciu-      parentela con la cual está obligado a relacionarse
          dad de Los Reyes a mediados del siglo XVII para     y comunicarse en castellano. En el campo se en-
          enrolarse como soldado para pasar a Chile. Las      tiende con los nativos y mestizos en quechua. “El
          andanzas de este valiente y luchador andaluz por    hecho de ser el mayor de los hermanos lo convier-
          tierras australes que combatía contra los arauca-   te en el caudillo de la banda familiar, arrastrando a
          nos se había convertido en culto familiar que llevó a   sus hermanos menores y primos hacia aventuras   Comisión Bicentenario del Congreso
          todos los Rodríguez de Mendoza a enfrentarse con    de investigación que los mayores juzgan peligrosas
          la vida en forma corajuda, como a su turno lo hará   y que le valen los buenos zurriagazos que su padre
          Toribio.  Don Lucas, luego de caer prisionero por   suele aplicarle. Pero vuelve a las andadas arries-

                                                              gando nuevas azotainas a cambio de experimen-
          2  Cosme Bueno. Geografía del Perú Virreinal (Siglo XVIII). P. 64
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