Page 365 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
Ciudad para ocurrir á las muchas de los contrarios ni fuerzas para contrarres-
tar las de éllos, se há tenido por mas cuerdo arbitro el referido para evitar las
infinitas muertes, daños, y estragos que se temen.
Sin embargo si aquellos no admitiesen las propuestas favorables y
conformes á su intención que ban á hacerles los tres Señores referidos con
amplísimas comisiones que para todo llevan; esta ciudad tiene álistado su ve-
sindario de ambos estados asi de la nobleza como de la plebe, prevenidas y
áquarteladas sus compañías y milicias de cavallos é infantería para la resisten-
cia contra qualquier insulto; bien que fiamos en Dios que como dichas tropas
solo trahen el animo de oponerse á las administraciones é impuestos en el
estado a que los llevó el Regente, y que solo; aspiran áque subcistan conforme
al que tenian en tiempo del Virrey Cerda, parece que ófreciedoles esto quedaran
socegados y contentos dejando libre á esta Capital de los temores en que se halla.
A ellos nos ha redusido la demasiada confianza y desconfianza del
Regente, que fiado demasiadamente por una parte en que el motin solo era
de quatro forragidos pobres desvalidos y viles que de las inmediaciones del
Socorro concurrían á las ferias de los Viernes y con el calor de La embriaguez
levantaban el frito y hacían algunas demostraciones ridiculas; y creyendo por
otra á lo que se dice que le escribian juezes del socorro y le persuadían algunos
lisongeros, hizo total desprecio del motin y juzgó que para sosegarlo y acobar-
dar á los alzados sobraría la Corta tropa de 200 hombres que con la infantería
de la Guardia de S.E. pensó juntar y mandar al Socorro, mas ya se vio el mal
efecto de la Confianza en sus proyectos con que procedió en no pedir consejo
ni descubrirse con los hombres de honor y patricios distinguidos de esta Ciu-
dad como que se avergonzava de descubrir sus recelos y temores, procediendo
dicho Regente en esto con tanta precaución que el y todos los de su Casa siem-
pre disminuían, las cosas asegurando no haver negocio de cuidado, que todas
eran voces vagas, y que al Regente se le escribía todo lo contrario de lo que por
de fuera se decía.
Mucho se dice hasta esta hora, pero ya por falta de certidumbre, ya
por la del tiempo concluyo áqui, esperando las novedades que vendrán con
la partida de los citados Señores embiados para el establecimiento de la paz y
capitulaciones: Entre tanto no se puede negar que este es uno de los levanta-
mientos mas graves, mas extensos, mas temibles, mas meditados y dispuestos
que puedan ponderarse . Es increíble el aparato, las providencias, el govierno
y disciplina con que estas gentes emprendieron, adelantaron, y han llevado
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