Page 559 - La Rebelión de Huánuco. Vol 5
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            rrillos que anunciaban por una parte el jubilo del bajo Pueblo por la retirada
            de la tropa y por otra amagaban nuebas conmociones populares, para cuya
            contención fué necesario se frecuentasen las Patrullas nocturnas.— Segunda
            como es cierto que jurado publicamente nuestra Constitución Monarquica
            en fines del mismo año se multiplicaban los susurros del Pueblo y que en la
            mañana proxima á la elección Parroquial y en la siguiente se hallaron dos
            Pasquines amenazantes recordando los tristes lamentables dias de la pasada
            insurrección, y que en la misma noche que se anunciaba en uno de ellos, se to-
            caron á rebato y á deshoras de ella las Campanas de la Iglesia Mayor con cuyo
            escandaloso motibo ocurrí inmediatamente á la Plaza mayor para inbestigar
            la causa de un tal movimiento donde encontré mucho gentío de todas clases
            de personas y con el auxilio de la Tropa de guarnición y muchos vecinos hon-
            rados reconocí dicha Iglesia Mayor y toda su circunferencia hasta investigar
            haberse supuesto para tocar dicho rebato que hubo ladrones en ella.— Ter-
            cera, si saben y les consta como es notorio y verdadero que en la mañana de
            dicha elección Parroquial y estando en el mismo acto en la Sala Capitular fué
            atropellada mi autoridad y por el complot de una grande porción de gente dis-
            cola de quienes eran cabezas Don Bernardino Cáceres y Don Francisco Calero
            expresando este con palabras las mas altisonantes diciendo haber ya llegado el
            tiempo de hablar con libertad, á las que subsiguieron otras insolentes y menos
            decorosas que hube de tolerar aquel día por no interumpir la elección y evitar
            otros escandalos aunque conocí que dichos faccionarios estaban decididos á
            realizarla conforme á sus intrigantes ideas.— Quarta, como es constante que
            con motibo de dichos Pasquines, rebato, ocurrencias y conversaciones sub-
            versivas del buen orden é injuriantes á la Real autoridad, y á los que legítima-
            mente la exercen, formé causa á los sacristanes de dicha Iglesia Mayor y á Don
            Bernardino Cáceres nombrado Secretario del nuebo Ayuntamiento constitu-
            cional como autor y origen de las conmociones del Pueblo que se notaban y
            fatales anuncios que se predecían contra el sociego publico y seguridad del
            estado, cuyas causas concluídas las dirigí con el reo Cáceres á disposición del
            Excelentísimo Señor Virrey habiendo verificado todo esto á solo mi costa.—
            Quinta, como es publico y notorio que desde que se verificó la remisión de
            Cáceres cesó el murmullo popular y amenazantes anuncios, sobstituyendo en
            lugar de la sosobra y sobresalto en que este vecindario y Partido vivía el rego-
            cijo y diversiones acostumbradas en el País que hasta hoy continuan por co-
            nocido efecto de haber cortado oportunamente en su raíz la causa de aquellas



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