Page 148 - La Rebelión de Huánuco. Vol 4
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Volumen 4
                                 Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huamalíes
            ser havidos y ratificados, ó al menos examinados con la solidés y sagacidad de
            que Vuestra Señoría se valió para con los demás del Sumario, no se dificulta
            que en igual modo que los otros huviesen ablado la verdad pulsados de la Ley
            inmutable y eterna de sus conciencias: Estas aunque congeturas recaen sobre
            unos echos constantes, que es innegable que no tienen otra causa que la de
            darseles toda fe; por lo mismo areglandome yo a las voces vagas que corrían
            en Huamalíes en el 3° capítulo de mi Escrito confieso, que sin fundamento
            mesclo á los Presviteros Nalvarte y Ayala y los acuso que concurrieron con sus
            pareceres al exterminio del pacífico entable de aquel Partido, a que coadyubó
            Pio Miraval con su alsamiento, etc. Contradigo ahora aquello que no vertido
            por mí se escrivio, sino por un alatere de la Comición; y en consequencia no
            tengo mas que reproducir sino que su ignosencia brillará como la clara luz del
            día, y jamás podré deshonrarlos porque no me consta que hubiesen concurri-
            do a la perturvación de los Yndios de Huamalíes.
                    Destruida la fe de aquellos que inboluntariamente manchaban mi
            asentado crédito por sus mismas declaraciones, parece que al insondable pie-
            lago de mi inconstante fortuna no le queda otro recurso que implorar su alivio
            en la piedad de Vuestra Señoría clamando para mí pronta livertad; porque asi
            como sí esos testigos que me condenaban no se huviesen retractado de sus
            declaraciones ratificaciones; por ser Capitán de Ynsurgentes, no sólo merecía
            que se me tubiese en la mas dura prición hasta que expiase mi delito en un
            patibulo, sino que tambien, exclarecida mi ignosencia, no puedo ser víctima
            de la mordasidad que el ignorante bulgo mirandome en esta pricion temera-
            riamente juzgará que la sufro por los exesos que he cometido: dandose pues
            por principio asentado que las simples expociciones de los siete testigos que
            me fiscalisan, contradichas por ellos mismos, ningun caracter tienen para que
            sean de fe: Yo sólo tengo que decir una palabra aserca de esto y es, que en
            acontesimiento tales, y en datos semejantes con la misma fe que yo [ilegible]
            de recivir el caso de la transmutacion; atento a que quedamos entre tinieblas,
            por lo que respecta al crimen que me pensó formar el intérprete Huete y todos
            aquellos que los propios testigos aseguran, que los imitaron con rigores y mie-
            dos graves para que acriminasen mi ignosencia, en fin contra ellos me quejo á
            la verdad, a la rasón, a la tierra y al cielo: Todos están por ahora mudos; y ape-
            nas será vista mi livertad, quando tamvien sea vista que los haga ablar contra
            ellos en vindicacion del oprovio que me ha echo.
                    (Al margen)



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