Page 147 - La Rebelión de Huánuco. Vol 4
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Huánuco de 1812
es innegable que en esos Procesos suena mi nombre en solo la incidencia de
quererme haser abanderado ó Capitán de Alsados, no siendolo, ni pensado
serlo; mas en nada degrada á aquella reglada conducta, y lealtad conque soy
conosido en este y otros vecindarios, y no nesesito de recomendacion alguna
para que como tal se me estime. Podra graduarse de crimen ni aun la mas
ligera transgrecion el que con la mayor autoridad me sacasen esos sublevados
de mis hogares para que los acompañase a sus barvaras Expediciones? á haver
en mi malicia ó deshorden no se dificulta que asi como me suponen Capitán
tambien me los echarían en cara.
Los sucesos son acsidentes que disponen las causas; y así la mía de
que ahora trato por que ante la fas del Comicionado sin embargo de no ser
verdad en mí declaracion a fojas 169 pregunta primera arvitrariamente se es-
crivio que yo estava preso por ser uno de los alsados cosa que no expuse ni soy
capas de condenarme. En la 3a. como no era verdad negué que fui Capitán ó
abanderado de los Ynsurgentes; para aterrarme mas se pucieron presentes al
propio José Atanacio que me condenava, Manuel Nasario y Juan Dimas ellos
desde luego me mantubieron que lo fui y que como tal Capitán me nombraron
en el Puente de Pachas, mas Vuestra Señoría y el mundo save que aquellos
se mantubieron firmes en sus dichos porque de antemano ya rigorosamente
estavan castigados y si me adelanto á desir que estavan enseñados; esta verdad
me la atestiguará forsosamente todo el tercer Proceso de ratificaciones que por
dispocicion de Vuestra Señoría y ante su Tribunal Superior se recivieron. Con
acuerdo á este deshorden, interpuse en 9 de Mayo el recurso que se verá en el
Proceso mismo mediante al temerario comparendo que por los tres Yndios se
me hizo; pero en realidad juro por Dios Nuestro Señor y una Señal de Cruz
que ni he sido Capitán ni abanderado, ni menos me he mesclado en dar voto
ni ser arte de los exesos que se cometieron en Huamalíes.
Aquellos mismos José Atanacio, Manuel Nacario, y Juan Dimas, aña-
diendole a Julian Ortega que fueron los instrumentos de mi pricion violenta,
son los que justifican mi ignosencia, porque como les faltó el castigo que tenían
a la vista, y áquellos conminadores en presencia de los quales devian presisa-
mente declarar, si no se ratifican ante Vuestra Señoría nada menos quedo que
tenido y conocido por un Capitán de Ynsurgentes, é indefectiblemente perese
mi Justicia, por eso está escrito que una verdad que se halla provada con so-
lidés, no se deve negar por estar aneja á otras que no se pueden entender; y
si Andres Mariano Baldivia y otros que son testigos de mi Sumaria pudiesen
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