Page 630 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen 3
Expediente sobre las tiendas que fueron saqueadas en Huánuco
En dies y ocho días del mes de Agosto de dicho año el Teniente de
Milicias Don José Binia para la justificación mandada precentó por testigo a
Don Antonio Alvares, avecindado en esta Ciudad, de quien el Señor Alcalde
por ante mí el Escribano recivió Juramento que lo hizo por Dios Nuestro Se-
ñor y una señal de Cruz en toda forma de derecho so cargo del qual ofreció
decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, y siéndole por los recursos
y razón jurada que se lo há manifestado, enterado en todo, dijo: Que des-
de muchos tiempos antes de la ynsurrección y saqueo acaecido, no llegó a la
tienda del que lo presenta, por lo que ignora si los géneros que hubo en ella,
existieron hasta entonces, que antes de todo lo dicho vió que en la dicha tienda
habían géneros: y que oyó decir públicamente que aquella tienda fué saquea-
da por los ynsurjentes. Que esta es la verdad de quanto sabe y puede decir so
cargo del juramento que fecho tiene en que se afirmó y ratificó, siéndole leída
esta su depocición, que no le tocan las generales de la Ley, y que es de edad de
veinte y tres años, y la firmó con el dicho Señor Alcalde de que doy fée.
Echegoyen (Rubricado).
Antonio Alvares (Rubricado).
Ante mí: Nicolás Ambrocio de Ariza (Rubricado).
Escribano de Su Majestad.
Ynmediatamente y para el mismo efecto el Teniente de Milicias Don
José Binia presentó por testigo a Don José Marín y Soria, vecino y del comer-
cio de esta Ciudad, de quien el Señor Alcalde por ante mí el Escribano recivió
Juramento que lo hiso por Dios Nuestro Señor y a una señal de Cruz según
derecho so cargo del qual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere pre-
guntado y siéndolo con arreglo a los recursos de foxas y memoria que acom-
paña enterado en ellos dijo: Que el día veinte y tres de Febrero último, estando
el que declara hechado en el mostrador de tienda, quejándose de los golpes
que había sufrido en la noche del día sábado veinte y dos, y en la mañana del
domingo de aquel día, vió que entraron los ynsurjentes a la tienda del que lo
precenta, rompiendo la puerta de ella, y agolpados todos ellos, botaron de ella
para la calle, muchas cosas, y entre ellas, varios platillos de plata, y losa, tasa
de plata y cubiertos de idem y algunos géneros, y que sabe que el que lo pre-
centa ha tenido manejo, por ser becino, y que no puede individualisar quanta
cantidad podría haber tenido en dicha su tienda, y que en aquel mismo día vió
que Doña Candelaria cuñada del que lo presenta, salvó como pudo una silleta
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