Page 261 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            resultado alguno malo; el persuadirse que no habia de tener en ningun tiempo
            logro ese sanginario objeto; que no habia brazos con que contar; que no falta-
            ba toda especie de peltrechos; y en fin, el comvencimiento íntimo de que nun-
            ca podia prosperar una obra tan iniqua; todo esto hizo creer sin duda á Fray
            Francisco que los pasquines y demas papeles, no eran sino un juguete, que
            jamás podian salir de la celda del oculto autor de su desgracia. Tal fué la situa-
            ción á Su Señoria que se vió reducido ese infelíz, y que tambien se manifiesta
            mas convincentemente de su ida verificada en esos días á la Capital de Lima.
            Quando se trata de unos proyectos de esa clase; quando se está íntimamente
            persuadido de que no pueden absolutamente prosperar; parece que la razon
            dicta que no se abandone tan en sus principios. Luego mi parte en nada
            contribuyó ni pudo contribuir á la desgracia sucedida. Solo vió trabajar esos
            pasquines: se detuvo en no denunciar á su autor, seguramente por que te-
            mió, como ya se ha apuntado, quese fraguase alguna maldad contra él por el
            Padre; ó por que jamás creyó que es lo mas seguro, que un instrumento tan
            débil, y tan obscuro como el de un religioso Hebdomanario, sin representa-
            cion alguna en el lugar, sin influxos, sin resortes, sin dinero, y en fin, sin el arte
            encantador y persuasivo de la eloquencia, pudiese mover unos Pueblos natural-
            mente tímidos, y por carácter obedientes á la Corte de España. Ademas de que:
            ¿Debémos suponer tan sin reflexion ni acuerdo á mi parte; que habiendo podi-
            do huir lejos de los males que hoy le cercan, tal vez impunemente, hallándose
            como se hallaba en tiempo de la revolucion en Lima, hubiese regresado á esta
            ciudad? Parece que no. Luego por manera alguna puede creerse interesado en la
            ruina de todo un Pueblo, ó tal vez de todo un Reyno á Fray Francisco Ledesma.
                    Nada hay mas delicado que el honor y la vida de un ciudadano. Por
            eso las Leyes que ántes de haora castigaban con la mayor severidad ciertos
            delitos, luego que los siglos se han ido progresivamente ilustrando, se han ido
            deponiendo aquella ferocidad, sin la qual no servian para nada en la sociedad.
            Amí parte jamás se le mirará con ese rigor: Léjos de que se le caracterize por
            ninguna de traydor, él tiene en su fabor las mismas Leyes. Estas no conside-
            ran como tal sino á los que tiene congregaciones ó juntas formales, cuyo
            aspecto manifeste la mas induvitable certeza ó posibilidad de sublevacion,
            ó levantamiento. Nada de esto pues, ha habido aqui. Un Frayle fuera de su
            religión; Pobre, y en calidad de enfermo en un Hospital: He aquí el hombre
            que trató de contrastar á Fray Francisco. Preguntémos haora quienes eran
            los que concurrían donde aquel? Unos mosos, aun quando él mismo los hu-



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