Page 133 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
P. 133

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            no desamparó la guardia que le estava encargada, sino que se mantubo en
            ella aciendo cartuchos y valas, para proveer a los leales que en el Puente de
            Huayaopampa impedían la entrada de los Ynsurgentes. Buelvo a repetir que el
            pensamiento de Bodelón no tiene otro destino que un despropósito temerario
            y odioso en todas sus partes dirijido sólo á obscurecer la inocencia de la mía.
                    Síguese de todo lo dicho que como Bodelón entendía que la Decla-
            ración que hacía contra mi parte le era no sólo un crimen execrable por el
            que merece la pena del talión quando se le hiciese cargo de ella y no pudiese
            provarla; para adornarle y vestirle de credulidad, la corrovora con lo que con-
            tó su Muger y es «supo por boca de su Muger Doña Ysabel de Loaysa, que
            después de la derrota de los Serreños mandó Don Narciso Tafur repicar las
            Campanas de la Yglesia de San Agustín donde estava refugiado». Admirable
            pensamiento que sin acordarse que es tachada y que precisamente havía de
            seguir a todo trance el sistema de su Marido, pone a Vuestra Señoría en la
            inevitable incomodidad de que se juramenten y ratifiquen al Reverendo Prior
            del Comvento que a primera vista titubea sobre ello, el Padre Villavicencio,
            y Doña María Concepción Castro, quienes ni por incidencias mencionan tal
            repique; últimamente como la declaración de Bodelón estava distante de la
            pureza y verdad que le correspondía á causa de que mi parte a la conclución
            de la recomvención que se les hase después de la segunda pregunta de su con-
            feción niega y contesta «que tamvién es falzo el que le imputen huviese man-
            dado repicar las campanas de la Yglecia de San Agustín, pues no ha pensado
            semejante execución». Y en la Tercera pregunta «Declaran: Que su hida á San
            Agustín fue por refugiarse de los Yndios y por que en dicho Combento estava
            también acogida su Muger, familia y parentela mediante las sircunstancias de
            la boracidad de los Yndios y de que estos regresavan con el mayor orgullo».
            Para comvinar estas discordancias, fue preciso después de eslabonar cinco·-
            Testigos, que se dispuciese por Vuestra Señoría formar el justificado compa-
            rendo de 8 de Abril a que concurren mi parte su denunciante Bodelón, la
            Loaysa y el Prior con el que queda disuelto enteramente todo el artefacto con
            que á Tafur se le quería haser trahidor; sin más mérito que por una sospecha
            simple é infundada que no deve quedar impugne para el sececivo escarmiento
            de que en materia de la igual delicadeza que apareja esta, si se manche á nadie
            por un espíritu boluntarioso, ni menos se propaguen los viles efectos de la
            venganza. Bodelón no es inculpable, ni perfecto; hombre es, y como tal sugeto
            a las flaquezas y herrores humanos.



                                               132
   128   129   130   131   132   133   134   135   136   137   138