Page 493 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            a causa de que a su hermano lo havian puesto en la carsel le dijo que esa noche
            tenian una junta en la Quadra, y que concurriese á ella para tratar de un asun-
            to que despues lo sabria, con lo que se retiró el deponente.
                    Que por la noche efectivamente pasó a ella, y se encontró con Jose
            Mirabal que estava parado en la Cruz quien despues de saludarle le dijo que
            entrase á la Huerta como lo hizo por la pared y halli encontró á Fray Marcos, y
            á otros muchos que estavan bajo de un arbol entre quienes conocio á Manuel
            Rodrigues á Manuel Doria á Jose Ulluco á Jose Mirabal y a Yapya, que Fray
            Marcos tomó la voz y les dijo que como botarian á los Presos de la carsel, y
            a los chapetones de la ciudad por que los oprimian a los criollos que antes
            de estas expreciones y despues de la junta les decia que en ningun tiempo lo
            descubriesen por que á mas que entre ellos mismos se havian de matar que el
            los excomulgaria: que los concurrentes davan mil pareseres sobre el proyecto
            diciendo unos que era preciso juntarse la gente de barrio en barrio, otros que
            algunas perzonas de los barrios tratasen con formalidad, y que el deponente
            con Manuel Andrea se opusieron al proyecto diciendo que no tenian armas ni
            fuerzas para ese proyecto: que aunque mentaron el numero de los chapetones,
            el deponente les expuso que tenian armas de fuego, y esmeriles y que no po-
            dian contrarestar á estos á que replico Fray Marcos que se combocarian mu-
            cha gente: que despues de varias conferencias se citaron a Puelles para tratar
            la cosa con mas seriedad entre los concurrentes que serian veynte o veynte, y
            cinco, y otros mas que se juntasen: con lo que se retiraron a sus destinos, y el
            deponente no bolvió á juntarse mas con ellos.
                    Que el deponente en las pocas beces que visitó a Lorenso Domingues
            Vigo oyó hablar en su casa á este don Juan Manuel Ochoa y al Presvitero don
            Tomas Narbarte de que quando bendría el afamado Casteli á livertarlos de la
            oprecion de los chapetones: que los tres solian producirse mal contra ellos, di-
            ciendo que berdaderamente heran malos, y que los ostilisaban, y que querian
            berse libres de ellos: que estas combersaciones las oiria quatro, o sinco veces,
            ya tomando ellos aguardiente, ya bebiendo su punche: que á Fray Marcos, y a
            don Tomas Narvarte les oyó desir que en San Francisco tenian sus juntas á la
            seña de una campanita, y que pensaban en una ronda matar á los Huanuque-
            ños para cuyo fin tenian armas, y preparatibos, cuya voz tambien hera comun
            en la ciudad. Que en lo demas se remite á su confecion anterior con esta refor-
            ma, que á hecho, y responde.





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