Page 300 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Volumen 2
Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco
Francisco Peres Sargento primero de la quarta Compañía de las Mili-
cias de Infantería de esta ciudad preso en la Real Carcel de élla, por la virtud de
éste recurso, y como mejor proceda de derecho, paresca ante Vuestra Señoría
y digo: Que el motivo de mi pricion, y seqüestro de mis bienes, proviene de la
inmediata insurreccion, que se há experimentado en este País, en cuya scena
no he representado yo otro papel, que el de haber sido compelido, y mandado
por aquellos Insurgentes, que temerariamente la llebaban á debido efectos, lo
que me cayó de nuevo; por que antes de ella estoy seguro, que nadie me pruebe
seducción, influxos, ni otros crimenes; de donde dimanase su origen.
Siempre que ha sido necesaria mi persona para el servicio del Rey, de
la Republica, ó para auxiliar la Autoridad de los Señores Magistrados, que
la han governado, y goviernan en la actualidad, me han hallado con la ma-
yor prontitud, desinteres, y legalidad para desempeñar sus comisiones, de que
continuamente han quedado satisfechos, como lo pueden declarar pues con
ellos me atestiguo. La noche, que los Pueblos Ynsurgentes aparecieron en el
puente de Huayaupampa, me toco estar de guardia con un piquete de los sol-
dados de mi compañía en esta Real Carcel, en donde me mantube firme, hasta
que se soltaron los presos de ella, y casi hasta la efectiva invasion de la ciudad;
que por no tener mas armas, que unos garrotes, y ser en crecido numero ma-
yor la turba de los Indios, me fue preciso desamparar el puesto: todo lo qual
remito á lo que informen mis Gefes, y Oficiales.
Si por acaso me he mesclado en qualquier negocio de ésta insurrec-
cion, puede Vuestra Señoría y el mundo estar seguros de que ha sido contra
mi voluntad; por que ¿como mi solo individuo podría oponerse á las dispo-
siciones de los Insurgentes, quando, estos mismo, y sus malvados capitanes
me sacaban por fuerza y cubriendome de amenazas, sino a mi persona, á mis
pocos bienes, y familia? Yo desde luego hubiera fugado de ellos, mas como
en el dia que asaltaron a la ciudad, me encontraron de guardia; árto hise en
ocultarme de los criminosos, viles, y monstruosos destrosos, que executaron;
desapareciendome de su vista oculto, dejaba á mi crecida familia por blanco
de sus furores; sin embargo todos los transitas de esta ciudad para fuera de élla
estaban guardados de Insurgentes y por donde quiera que hubiera intentado
pasar, peligraba mi persona no puede tomar otro partido en tan desesperado
mal, que el de manifestarme, y condecender en quanto me mandaban: segun
lo tengo declarado o ánte Vuestra Señoría protextandole aqui, y jurandole
por Dios Nuestro Señor y una de señal de Cruz, que en todo el tiempo que
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