Page 281 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            ciudad después de cinco años de ausiencía, y que solo una vez hablo con Anto-
            nio el Limeño en esta forma. Que el confesante á las ocho de la noche del vier-
            nes 21 de Febrero ultimo estubo combersando con el Teniente de Caballería
            Don Juan Manuel Ochoa en la esquina de la plasuela de San Francisco no hace
            memoría sobre que, en cuyo acto se apareció Antonio el Limeño á mula, y sin
            haver tenido la menor comunicacion, le preguntó de si hera el Dor Lastra, á
            que haviendole contestado que si le dijo, que á su hermano lo engancharon esa
            tarde para el regimiento de Lima y que como su hermano no devía permitir
            que un muchacho desente fuere de soldado con otros cholos: A que haviendo-
            le replicado que si hera de su gusto caminase de soldado, lo enfaginaron entre
            los referidos Ochoa, y el Limeño, á que fuera á sacarlo a dicho su hermano que
            se llama Sebastían, con cuyo motibo preguntó por el Cuartel donde se hallaba
            la bandera, y que haviendole respondido el Limeño que en el barrio de Santa
            Rufina, y ofresidose á llebarlo en su mula accedió el deponente, se montó en
            ella, y llebandolo en las ancas al mencionado Limeño se dirigió al Cuartel donde
            no encontrando á su hermano y al Cavo de partida por que le digeron que se
            hallaban fuera en la casa del padre de este se retiraron en la mísma conformidad
            en solisitud de ellos: Que al salír del Cuartel se encontraron con Don José Espi-
            nosa, y los de su Patrulla, y que haviendo querido el primero prender al Limeño,
            le contó el deponente el obgeto con que havian salido, por lo que lo dejó pasar
            diciendole que agradiesese que hiba con un hombre de vien: Que continuaron
            el camíno con el desígnio de llegar á la casa del Padre del Cavo de la Partida, y al
            pasar por la esquína de Vigo el mismo Limeño le combidó un trago diciendole
            que si gustaba de ello, á que haviendo accedido se apearon y se pararon en la
            puerta de la tíenda de Petita Fierro: Que el deponente se sentó en la puerta y en
            el pellon que tendío el Limeño: que haviendo pedido este aguardiente abrio la
            Petita su puerta, y sacó no sabe si medio ó un quarto de aguardiente: Que es-
            tando tomando vio regresar la Patrulla, y le dijo al Limeño que que delito havia
            cometido pues bolvian los de la Patrulla á prenderlo añadiendola que ya estaba
            asareado con su compañía: á que le contestó que hacian dos días que havía ve-
            nido de la montaña, y que ignoraba el motibo por que lo solisitaban: Y que al
            asercarse la referida Patrulla á la tienda se metío el Limeño por el saguan de los
            lovos, y fugó; que Don José Espinosa lo hízo buscar y no pudiendo encontrarlo
            se asercaron á donde el deponente y á pesar de su resistencia para la entrega
            de la mula con el fin de que no le hiciesen cargo se la quitaron y se la llevaron:
            Que no tuvo otra combersacion con el Limeño que la que á expuesto ni despues



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