Page 203 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
                    Preguntado como se llama, de donde es vecino y natural, que estado, y
            edad tiene dijo: Llamarse José Zabala, vecino y natural de esta ciudad, que es Pres-
            vitero Capellan del Regimiento de Caballería, y de edad de treinta y nueve años.
                    Preguntado si save la causa de su pricion, quien lo prendió, donde y á
            que horas dijo: Que ignora la causa de su pricion, que lo apresaron en su casa
            á las ciete de la mañana Don Diego Adalid, y Don José Espinosa.
                    Preguntado como dice ignora la causa de su pricion quando esta á
            sido por comprehendido entre los sublebados de la ciudad, por haver tratado
            antes de la insurreccion con los autores de ella dando disposiciones para sor-
            prehender la ciudad, exprese la causa que tuvo para ello, los motibos que lo
            impelieron, y los fines que llevó: dijo: Que ignora.
                    Preguntado donde estubo la primera noche del 13 de Febrero, quie-
            nes fueron los que componian la quadrilla de mas de quarenta hombres que
            estaban en la esquina del lobo, y quales fueron las combersaciones; donde se
            retiraron, y a que casa entraron dijo: Que ignora su contenido, por que esa
            noche estuvo auciliando a Doña Catalina Soria, y responde.
                    Recombenido como niega de haver estado en la esquina del lovo con qua-
            renta hombres quando arrimado en la misma esquina aun estuvo pitando sigarro
            con la capa embosada, exprese que otro Eclesiastico se halló en la quadrilla dijo:
            Que ignora por que no se á hallado en semejante esquina.
                    Preguntado con que objeto fue al Combento de San Agustin en uno
            de los días de la insurrección á votar á las mugeres de los Europeos para que
            las matasen, sin hacer daño a otras que no estuviesen relacionadas con ellos
            expresando que el consuelo que tenía hera que no havian de bolver mas cha-
            petones a Huanuco dijo: Que es falzo, y que lo unico que hay es que el sabado
            22 del pasado haviendo hablado con un Indio para cuyo efecto lo llamó Don
            José Marín, e impuesto de que aquel venía á havisar que la gente estava pron-
            ta, y que a quien bendrían a defender, denunció al Subdelegado llevandolo
            al mismo Indio para que averiguase la verdad, de cuya denuncia no se hizo
            caso: Que á poco rato al salir de la Casa del Subdelegado el mismo Marin le
            manifestó una carta de los del Valle en que le decian que estaba pronta la gente
            por lo que el declarante hizo que la carta se la llevase al Subdelegado en ese
            mismo acto: que por estas denuncias los Indios querian matarlo, y temeroso
            de la muerte siempre andaba escondido en las Iglesias, y que havíendo pasado al
            Combento de San Agustin al mismo fín les dijo á los refugiados que todos esta-
            va perdido, y que no havia mas remedio que la fuga, pues aun el Combento de



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