Page 137 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            pasado estubo bociferando de que bendría Casteli a matar europeos, y que
            el sería el primero de los que acabasen con el Coronel Echegoyen, y Teniente
            Coronel Fernandes y responde.
                    (Al margen:)
                    A la quinta dijo: que en la primera inbación y saqueo que padecio esta
            ciudad fueron los mandones los Rodríguez de Chalguacocha, Contreras, y un
            Pedro Josef Zevallos, a quien el veinte tres del pasado lo vio salir por la maña-
            na de la patrulla que formaron los indios en el Puente de Tablas: que despues
            segun se supo lo nombraron los insurgentes por Subdelegado a Don Domin-
            go Berrospi, a quien rechazandolo por desconfianza, y de ber que estaba re-
            cojiendo lo saqueado para debolber a sus dueños, le sostituyeron al Rexidor
            Castillo con el nombre de General: que este lo bio declarando á fabor del alsa-
            miento de igual modo que a los citados arriba, a un Encarnación Quiñones, a
            un sastre Ulluco, Manuel Garay, Francisco Perez que eran los que forsaban a
            las gentes a que fueran a Ambo a las dos acciones y que las empeñaban á robos
            segun vio el declarante, del mismo modo que un Domingo Palomino que se
            dice muerto en la batalla: que el declarante estubo escondido los primeros días
            y que forsado por los citados á ir á Ambo fue la primera vez hasta Andabamba
            de donde se regreso oculto, y que en la segunda, imbitado por los mismos y
            amenasado por los indios se hizo precente á Castillo para que lo excimiera de
            la ida al pretexto de no tener armas a pesar de que las tenía, y que a su replica
            le dijo el declarante que cómo iba a ir contra la tropa del Rey sin armas, a que
            Castillo le contexto que tenía mucha gente, y que no benía el Intendente de la
            Provincia: que el que habla le aseguró que benía el mismo en persona como
            lo indicaban sus oficios todo lo que hiso por no ir y por conducirlo á Castillo
            al sociego, a lo que le respondio en estos terminos: que Intendente ni que In-
            tendente, el por quien esta puesto, ya no hay Rey ni autoridades y sobre todo
            engañandome lo unico que pude hacer es cortarme el pescueso: que despues
            de esta combersación lo hiso quedar al declarante para su sumario: que estu-
            bo fuera de su casa hasta por la tarde dando ordenes para la congregación de
            indios: que en segundo se ocupó en la misma diligencia dando providencias
            para que otros pueblos se juntasen en Ambo, con la seña del Bolo ó quete para
            hacer frente a las tropas de mi mando, en cuyo día dice el declarante llegó a
            manos de Castillo un proclama exsortatorio, a que incitado para la lectura res-
            pondio que ya no era tiempo: que el que declara suplicó a fin de que se le diera
            licencia para ber sus intereses, y que concedida con la calidad de que bolbiese



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