Page 105 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            agonias de las que han impuesto y ya sabia el Xefe, quien les impuso cilencio y
            ya han cesado de algun modo tantas imvectibas que libremente promulgaban
            contra el Cura. Me baldonaban con la mayor hironía que era Obispo por que
            puse de Ynter en Huacar a Don Antonio Ruiz, por una representacion que
            hicieron ante mi el comun de esa Doctrina; cuyo testimonio incerto a Vuestra
            Señoría por haberle dado el original al Señor Governador Yntendente para
            indemnizarme de la calumnia. El Cura y su Ynter huyeron por los peligros y
            miedo de la Rebolucion. El Sacramento reservado, la Missa del dia festibo el
            auxilio de Sacramentos a los enfermos, y demas Pasto Espiritual exigian no
            desentenderme de ponerles Sacerdote, y aunque ellos habian elegido al Doc-
            tor Ruiz, como lo dicen en su representacion, y yo no fui de su parecer por que
            estaba cojo de un pie como se lo previne á ellos y por lo mismo que lo pedian,
            la necesidad de estar todos los Sacerdotes de Quaresmeros fuera de la Ciudad
            en las Doctrinas inmediatas y de haberse retirado otros, por la Rebolucion
            me hizo ponerles al que habian escogido. Este se halla causado por varios ac-
            cidentes que le sucedieron alli, como tambien los Eclecisticos Don Bernardo
            Sánchez, Don José Zabala, y el Clerigo Lastra: Estos tres ultimos estan presos
            en San Agustin y el primero en la Merced de orden del Señor Yntendente.
                    Tambien me calumniaban que sin ser Vicario puse Sacerdote en la
            Doctrina de Huacar; pero yo le hice ver al Señor Yntendente que mientras no
            estaba aquí mi compañero el Doctor Aynaht éra yo el Vicario de la Provin-
            cia manifestandole para mayor comprovante Cartas de Vuestra Señoría para
            obtener esta autoridad. Mi compañero aun no se ha restituido al Curado, ni
            piensa volver hasta que no se aplaquen las tristes novedades de los Castillos
            que se esperan, porque sus padecimientos, no se lo permiten: Está nueve ó
            diez leguas de aquí.
                    La multitud de gente que se reunió en la Ciudad el dia Domingo 8 de
            Marzo que no cabia en la Yglesia, dia de Missa Parroquial me obligó á mandár
            al Ynter dixese la Missa de Padrón en la puerta del Sementerio de la Yglesia, y
            esta indispensable obra, tambien ha sido tachada, atribuyendome los Señores
            Europeos sin reparo, ni religión á mis deberes que fué Missa de Gracias, sien-
            do en la calle y no haciendola en la Yglesia para atajar sus adelantamientos,
            que fué digo Missa de Gracias por la primera guerra que ganaron los yndios
            en Ambo antes de venir de Tarma el Señor Yntendente. Esta fué el 4, y la Missa
            de Patrón fué el 8 de Marzo: No reparan estos Cavalleros que ellos vinieron
            cien hombres á darles guerra á tanto yndio, sin orden del Xefe, para que ellos



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