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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
            pontánea toma de posición. Con razón decía Luis Antonio Eguiguren que, de
            haber vivido en el Perú, habría participado en los sucesos de la Independencia.
                    La deducción del esquema anterior sería una actitud doble o un ocul-
            tamiento, análogo al de algunos próceres argentinos. Más correcto es deducir
            la imagen de un Baquíjano contradictorio aunque no indefinible. Y, apare-
            ce aquí una característica perceptible en muchos personajes de esa época de
            cambio o transición. Recuérdese a un Viscardo ofreciendo sus servicios a la
            Corona española. A un Miranda pidiendo en sus últimos memoriales al rey la
            comisión oficial de mediador con los insurgentes. A un Miguel de Eyzaguirre
            encargado de oficio de la acusación contra Mateo Silva. En no pocos de los
            llamados «precursores» aparece pues ese rasgo contradictorio. No sólo en el
            aspecto ideológico sino también en su actitud política que, si no se distingue
            bien, resultaría ambivalente. Con razón Pablo Macera sugería revisar el con-
            cepto de «precursor» del separatismo. Lo contradictorio no es incompatible
            con la figura del «precursor» del separatismo. La visión unilineal, heroica,
            prescinde de esos cambios o contradicciones. Incompleta y acaso falsa es en
            cuanto oculta el íntimo e inevitable conflicto de esa generación. Pero, a pesar
            de lo dicho, lo que de contradictorio hay en Baquíjano se comprende situán-
            dole en la etapa de la Autonomía. No hay prueba textual de que traspasara
            esa posición. Hay, en cambio, razonables indicios de una evolución. Esta fue
            impedida por las constreñidas circunstancias de la reacción absolutista antili-
            beral. Caso contrario, es casi seguro hubiera evolucionado hacia un filosepa-
            ratismo. Aquí es fundamental una adecuada valoración de las afirmaciones y
            silencios de sus escritos. Como decía don Ramón Carande, el silencio de una
            fuente no es necesariamente prueba de que esté ausente lo que allí se calla.
                    El examen de la idea de Autonomía, sobre todo en el Informe de 1814,
            permite comprender las contradicciones de Baquíjano. Se puede decir que
            allí subyace un larvado filoseparatismo en la medida que deja entrever una
            secuencia: reforma-autonomía-separación gradual. La explícita adhesión al
            proyecto de «independencia eventual de las Américas» es índice de esa posibi-
            lidad de cambio. Entonces aparecería un Baquíjano partidario de una separa-
            ción gradual o por etapas. Es la tercera posición, el gradualismo, que se aporta
            aquí como hipótesis de trabajo. Se nos revela así un personaje mucho más
            complejo de lo que se ha creído. Es la única forma de conciliar las contradic-
            ciones y casa con su fisonomía moderada, no extremista. En otro caso, siem-
            pre aparecerá un testimonio opuesto negando la filiación a uno u otro campo.



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