Page 584 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-6
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Volumen 6
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            fue confinado á esta Villa, se difundió por todo el Exercito español la noticia
            de su arresto, y por esto, mirado como un Sacerdote opuesto á la causa que
            defendían. El odio que por su opinion se atrajo, se aumentó con el inopinado
            arribo á esta Villa del Inter de Ondores quien persuadido que su Cura se ha-
            llase confinado en otra parte, y al verse conocido, figuró que emigraba por la
            aproximación de las armas de la Patria, mas como su disculpa no fue creída,
            al momento lo desterraron á Huancayo, y quedando Marques sujeto mas que
            antes al espionaje. Sea por esto, ó por hallar motivos como atribular mas á este
            benemerito Cura, lo destinaron al servicio espiritual de los Hospitales mili-
            tares que por espacio de cuatro meses desempeño con esactítud y prudencia,
            sin embargo de tener sus capellanes todos los cuerpos españoles. El odio que
            le profesaban fue en progresión por haber predicado Marques, el año 22 de en
            todas las platicas de Quaresmas contra el libertinage que iba entronisandose:
            poco despues de esto se le intimó su traslacion á Huancayo en el preciso ter-
            mino de dos horas, protestando el Gefe Gazcon qoe fusilaría a quien interce-
            diese por el Cura.
                    A su regreso de Huancayo, se me comunicó orden por escrito para
            que destinase de Inter de esta Doctrina al citado Cura, y poco despues me
            previno el General Loriga, que yo, con la mayor reserva espiase su conducta, y
            que le diese parte de sus operaciones para hacer un exemplar con el; pero no
            pareciendome digno de un Sacerdote, y de un hermano ocultarle á Marques
            encargo tan importante, le comuniqué para que viviese sobre si; por consultar
            su seguridad y para que no se penetrase que obramos de acuerdo entablé una
            tertulia en mi casa, á la que concurrían algunos confidentes del Gefe Gazcon,
            para que estos no sospechasen nada, y el cura no tubiese motivo de salir de
            mi casa, donde estaba alojado, pues habían protestado los españoles, que si
            despues de oraciones fuese sorprendido en alguna casa de las que tubiesen
            opínion de patriotas, seria fusilado. Una vecina del lugar fue puesta en prision
            por suponersele ser la que remitía los partes del Cura Marques á los Gefes del
            Cerro — De intento era solicitado para que ausiliase á los reos que habían de
            fusilarse, con esta ocasion, figuraron poner un reo en capilla instruyéndolo
            antes que le propusiese a Marques, que deseando morir bien, era preciso le
            dijese cual de las dos causas era la justa; pero viendo aquel el lazo que se le ha-
            bía tendido, le contestó prudentemente que en aquel transe la verdadera causa,
            era la conformidad con los decretos de Dios; esta respuesta puso en libertad al
            reo supuesto, y salvó á Márquez. En otra ocasion el Capitan Campal se le avocó



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