Page 278 - Guerrillas y Montoneras durante la Independencia 4
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Volumen 4
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            que tiene el poder le hara justicia, no puede dejar de prestarse gustoso á exe-
            cutar quanto se le mande por consideracion personal al Gefe, y buen concepto
            que ha tomado del Gobierno de que dimana su destino. Se le encarga pues á
            dicho Comandante que sobre este particular tenga tal zelo que no dé el menor
            margen á qualquiera queja, vajo la mas estrecha responsabilidad.
                    2° Es necesario tambien desterrar todos los odios y rivalidades que se han
            sembrado en el Partido que va á mandar. (Testado: El está dividi) Sus Pueblos
            estan divididos, y rivalisados de una manera muy perjudicial á la causa, y los ene-
            migos solos sacan ventaja de su situacion. Por consiguiente tratará de uniformar
            los sentimientos, reunir los animos, reducir los Pueblos que se nos han separado,
            y contener á qualesquiera discolos que se atrevan á fomentar discordias.
                    3° Ya que los Pueblos de Parinacochas no pueden por ahora ilustrarse
            en los principios fundamentales de nuestra regeneracion, conviene [Testado:
            manifestarles] ministrarles por lo menos unas ideas faborables del buen es-
            tado de nuestros negocios; que es el mayor estimulo. Para ello circulara los
            impresos que lleba y se le mandaran succesivamente, cuidando que ellos sin
            comprometer la seguridad si faltan a la vigilancia se introduzcan en el pais
            ocupado por el enemigo.
                    [Testado: 4°] 5° El objeto del destino que se le da es al mismo tiempo
            establecer la hostilidad y vigilancia del enemigo; y para ello haciendo uso de
            la sagacidad y mas particularmente de la rectitud desinteres y puresa en el ma-
            nejo, tratara de lebantar de los Pueblos edictos las Partidas de Guerrillas que
            crea necesarias para cubrir los puntos que deban guardarse, y ocupar los que
            sean utiles a las partidas avanzadas enemigas, para privarles de estos recursos.
                    6° Dichas Partidas se pondran á cargo de oficiales expertos valientes
            y honrados, á quienes se recomendará con especialidad el buen trato y mira-
            miento á los naturales; en inteligencia de que el Gobierno esta resuelto á no
            dejar impunes los excesos de esta clase, que tanto han perjudicado la opi-
            nion, y aplicar á los delincuentes una pena que exemplarise á los demas.
                    7° Las Partidas no tanto deben ser numerosas, pues asi son inutiles
            por su inamobilidad [Testado: e inamovibles], sino selectas de la mejor y
            mas honrada gente que se pueda encontrar. Un facineroso valiente podra
            ser util en cierto caso; pero será mucho mayor el mal que cause que el bien
            que produzca. Una Partida de veinte, treinta o quarenta hombres abanza
            por lo comun mas que otra doscientos, pues su numero hace menos rapido,





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