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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
era una traición cuanto hacía: después del bando el confesante con varios se
quisieron hacer fuertes en Sicuani y porque una india quiso defender el par-
tido del rebelde la colgaron en la horca y luego la soltaron, porque viendo se
volvían contra ellos los indios, temieron y dicha india, que no sabe como se
llama, se escapó y fue a avisar al indio, quien vino con toda la gente enfu-
recido contra los Castelos y aunque huyeron los alcanzaron ultimamente en
varios parajes y mataron al padre del confesante y sus dos hermanos, Eugenio
y Antonio Castelo, el mayor, y al confesante lo cogieron en Arirca y le dieron
de palos, llevándolo preso a San Pablo de Caccha; y al segundo día llegó el
rebelde a San Pablo, donde el Cura con el Santísimo en las manos pidió por el
confesante y otros presos, quien entonces los envió presos a Tinta y el rebelde
volvió a Sicuani a destruir todas sus casas; se mantuvo preso con grillos dos
meses, de donde los soltó porque no tenía cuartos donde poner a tantos; en-
tonces el confesante se fue a su pueblo de San Pablo de Caccha, donde estaba
su mujer y habiéndolo enviado a llamar el rebelde volvió a Tinta y le llevó a
Pucacasa con pena de la vida y aún entonces le quiso matar, porque les atri-
buían se correspondían con los blancos y los soltó diciéndoles que como le
querían hacer traición y entonces de miedo ofrecieron venir a Pucacasa, con
ánimo de incorporarse a nuestras tropas. Y aunque intentaron escaparse con
otros varios, se lo impidió Antonio Bastidas. Que habiendo pensado el rebelde
atacar aquella /.6v noche nuestro campamento, el confesante con otros varios
avisaron con Jenuario Castro la intención del rebelde y no pudo el confesante,
ni los otros huirse, porque e1•an más conocidos y estaban los indios con más
cuidado. De Pucacasa se volvió el confesante a Tinta, de donde se pasó a su
pueblo San Pablo de Caccha y se escondió, pero luego que supo venía nuestra
tropa y estaba cerca de Tinta se acogió a la iglesia, estuvo esperando y viendo
llegar a nuestra gente se incorporó en ella; y con noticia de que estaba preso el
rebelde vinieron a encontrarse con él, llegó a Langui y luego que se presentó al
Señor Inspector lo perdonó. Que su Capitán Don Francisco Martínez le envió
con una nota a Tinta para el Señor Lagos y allí el Corregidor de Cotabambas
le preguntó quién era y diciendo que Castelo, lo prehendió y envió, por esto
vino y se halla preso y responde.
Preguntósele, cómo si ha estado forzado, no ha escapado y procurado
venirse al Cuzco o unirse a las tropas nuestras en tantas salidas, como otros
han hecho, dice que porque no ha podido y todos los caminos estaban llenos
de centinelas y responde.
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