Page 516 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            quebradas, le permitió irse a su pueblo de San Pedro, pero con orden de volver
            a los diez días. Efectivamente se fue, y al mes volvió el rebelde a enviar orden
            a los pueblos para que fuese la gente, cuya orden llevó Tomás Toledo, y fueron
            los más del pueblo llevando seis piaras de muías, y llegado el confesante a Tun-
            gasuca y vuelto a hacer presente su enfermedad, le permitió irse a su pueblo,
            donde se matuvo hasta la vuelta de Piccho del rebelde, quien habiendo sabi-
            do que en San Pedro se publicó un bando a favor de nuestro monarca, a que
            asistió el confesante, fue con gente el rebelde a destruir el pueblo, y queriendo
            matarle los indios, se acogió al mismo rebelde, quien lo trajo preso a Tinta,
            donde lo tuvo con grillos dos meses hasta que vino a Pucacasa con el rebelde,
            en donde trató con Yanuario Castro de venirse, y no pudiendo venirse por
            lo enfermo que estaba y quedar en poder del rebelde su mujer e hijos, quedó
            anidando los trastos de Yanuario, y vueltos de Pucacasa el rebelde fue para
            Acomayo y el confesante se marchó para su pueblo, donde se mantuvo hasta
            que llegó nuestra tropa y se incorporó a ella, y responde.
                    Preguntósele si luego que fue a Tungasuca no conocía que cuanto el
            rebelde ejecutaba era traición. Dice que le parecía mal, pero que callaba como
            todos y creían podía ser cierto, pues se publicó un bando diciendo nada era
            contra el rey ni contra su corona, sino ejecutar unas órdenes superiores que
            tenía, y todo estaba rodeado de indios, de suerte que ninguno podía hablar, y
            responde.
                    Preguntósele si cuando vino a Sangarará y vió los destrozos, perjui-
            cios, robos, muertes, sacrilegios y demás daños que se causaban, no se con-
            venció de la iniquidad y traición con que obraba el rebelde. Dice que se acabó
            de convencer era traición, y responde.
                    Hízosele cargo cómo si conoció era traición no escapó ni intentó ma-
            tar al rebelde para libertar a todos de tantas opresiones. Dice no pudo esca-
            parse por la multitud de indios, quienes cuidaban tanto de los españoles que
            ni aún podían levantar los ojos, y por lo mismo no pudo intentar matarlo, y
            responde.
                    Hízosele cargo cómo no se pudo escapar cuando tuvo modo de irse
            a su pueblo varias veces pretextando estar enfermo, en cuya ocasión y más
            estando el rebelde en el Collao podía haberse venido a unir a nuestras tropas.
            Dice no pudo por lo enfermo que estuvo pues le obligó a estar en cama, y res-
            ponde.
            Repreguntósele cómo si estaba tan enfermo cuando el rebelde de vuelta del



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