Page 415 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    Consta también que le compelió a que asistiese a la fundición de caño-
            nes, como lo expresa don Francisco Cisneros a fojas 2 obligándole a ello por
            medio de centinelas de vista. Luego intervino en esta obra forzado y contra su
            voluntad.
                    Igualmente consta que los moldes que sacó Vaca para vaciar los caño-
            nes fueron tirados de un modo que estos habían de salir precisamente malos,
            como lo afirman los testigos en el careo de fojas 3.
                    De todo esto se infiere que Vaca, no obligado de un miedo grave que
            pudiera tal vez no excusarle, sino impelido de una fuerza superior irresistible
            y de aquella que el derecho llama precisas y absolutas, se vio en la necesidad
            de asistir a la oficina de fundición pero al mismo tiempo proponiendo unos
            modelos los más acomodados a nuestro favor y adversos al rebelde.
                    Así pues estando tan clara la coerción que padeció Vaca, parece que se
            halla libre de toda malicia pues la fuerza excluye aún aquella que se requiere
            para la ofensa de la Majestad Divina, y no habiendo sido por otra parte de los
            principales capitanes y allegados del rebelde, estando a lo dispuesto en la ley
            Nº 2 y 8º título 10, partida 7; debe esperar de la benignidad de vuestra señoría
            la libertad a que es acreedor.
                    Ni a esto se opone la presunción que forma el abogado fiscal de que
            no siendo Vaca fundidor de profesión, solo su comedimiento pudo mezclarlo
            en este ejercicio, porque fuera de que está bien patente la fuerza que padeció,
            antes es muy regular que por razón de ser herrero lo emplease el rebelde en
            una operación que se da mucho la mano con este oficio.
                    La repugnancia de Vaca se hubiera confirmado hasta la evidencia si
            el se hubiese venido a nuestras tropas antes de la prisión del rebelde, pero
            ¿Cómo era posible que lo ejecutase teniendo centinelas de vista que advertían
            sus menores movimientos? ¿Ni cómo aún sin esta circunstancia podía practi-
            carlo un enfermo lleno de las dolencias que a Vaca le impedían un acelerado e
            incómodo viaje? En estos términos:
                    A vuestra señoría pide y suplica el defensor se sirva absolver al refe-
            rido Esteban Vaca de la pena de muerte que contra él se solicita, por ser de
            justicia, etc.
                                   Doctor Juan Munive y Mozo
                                            (firmado)






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