Page 218 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            por esto le consentía trajese en su compañía la manceba, a la que una noche
            desde el alto de Piccho despachó a esta ciudad y en la mañana siguiente se pre-
            sentó bien mojado y embarrado en la carpa del rebelde, de donde al siguiente
            día se desapareció, por lo que infiere el declarante, que también fue /. 36 en-
            viado de espía del rebelde, pues éste repentinamente levantó t:l sitio y fue sin
            duda, porque de la ciudad se le hubiese comunicado alguna disposición para
            sorprenderlo. Que es lo único que sabe y puede decir, es la verdad so cargo
            del juramento que fecho tiene en que se afirmó y ratificó, dijo, ser de edad de
            cincuenta y siete años y la firmó con Su Señoría de que certifico.


            Una rúbrica
                                                               Francisco de Cisneros
                                                                      (rubricado)
            Manuel Espinavete López
            (rubricado)


            (Al margen: Declaración de José de San Roque).


                    Luego incontinenti compareció Don Manuel José de San Roque, quien
            bujo del juramento que hizo según derecho, de decir verdad en lo que supiere
            y fuere preguntado, siéndolo sobre que exprese con claridad cuanto supiese
            de la conducta, confianza y manejo, que tenían con el rebelde las personas de
            Mariano Banda y José Esteban Escarcena, dijo, conoce a uno y otro; que Ma-
            riano desde el día siete de noviembre en que fue la prisión de Don Francisco
            Cisneros, entró de plumario 1lcl rebelde, habiéndolo sido antes del Secretario
            Palacios y del Corregidor de Tinta, Don Antonio de Arriaga, siendo uno de
            los de confianza del traidor, expidiendo órdenes y sueldos a los españoles que
            cuidaban a los prisioneros y cuando el rebelde se ausentaba, quedaba en com-
            pañía de Micaela Bastidas, para dar providencias, escribiendo cartas, papeles
            y otros asuntos para conmover las provincias hasta que desde Piccho se bajó /.
            36v a esta ciudad y se fue al pueblo de Quiquijana, de donde se infiere que por
            sospechoso lo trajeron preso a esta ciudad, de que saca el testigo fue enviado
            por el rebelde en calidad de espía a conmover los ánimos para la traición,
            porque observó el declarante no hacía demostración alguna por la fuga de
            dicho Banda, como lo practicó cuando la de Arriola y Martínez. Que andaba



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