Page 1062 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
                    Embárguense los bienes de Francisco Noguera para lo que se dá comi-
            sión al Corregidor de la Provincia de Tinta y tómesele confesión.

            Una rúbrica


            Manuel Espinavete López
            (rubricado)



                    [Confesión del encausado Francisco Noguera. Junio 7, 1781].
                    En la ciudad del Cuzco en siete días del mes de junio de mil setecientos
            ochenta y uno, compareció ante Su Señoría un hombre que se halla preso en
            este cuartel, de quien se recibió juramento, que hizo por Dios Nuestro Señor
            y una señal de cruz, so cargo del cual ofreció decir verdad en lo que supiere
            y fuere preguntado; y siéndolo cómo se llama, de donde es natural, su edad,
            estado, calidad, oficio y si sabe la causa de su prisión, dijo llamarse Francis-
            co Noguera, natural del Cuzco y vecino del pueblo de Surimana, de edad de
            cincuenta años, casado con Francisca Arce, vecina de Surimana, español, de
            oficio arriero y que presume está preso porque lo cogieron entre todos los que
            estaban entre la gente de Tupa Amaro y responde.
                    Preguntósele, si ha estado en la compañía del rebelde por su gusto o
            forzado, dice ha estado forzado y responde.
                    Preguntósele, desde cuando ha estado entre la gente del rebelde y en
            que se ha ejercitado, dice que desde antes que ahorcasen al Corregidor Arria-
            ga, fue a Tungasuca llamado del rebelde por cartas de su Corregidor, que sin
            duda fueron fingidas y a pocos días por estar enfermo, pudo conseguir el vol-
            ver a su pueblo a curarse, y para la expedición de Piccho lo envió a llamar
            con los indios que lo trajesen mancornado, como efectivamente lo trajeron
            y vino cuidando por el camino algunas cargas; y de vuelta de Piccho como
            estuviese aún enfermo se volvió a su pueblo, pero antes que pasasen muchos
            días lo envio a llamar y no pudiendo ir por estar enfermo, hizo caminar allá
            a su mujer, lo que luego que llegó fue maltratada por el rebelde, queriéndola
            también poner grillos y vuelta a su casa le contó cuanto le había pasado, y al
            instante llegaron seis indios, de orden de Tupa Amaro lo llevaron a Tungasu-
            ca, y no estando allí el rebelde, salió Andrés Castelo y lo reprendió, porque no
            obedecía al inca, mandándolo poner grillos, que no se verificó, porque no los



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