Page 85 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
P. 85

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                                                                             (firmado)
                    Estimaré a su amor, me haga favor de enviarme mi mula, que me hallo
            a pie, y no tengo otra de confianza.
            [Juan Asencio Salas expresa a Túpac Amaru las calamidades que está sufriendo].

                    Señor gobernador don José Gabriel Tupa Amaro.
                    Muy señor mío y dueño de mi distinguido afecto, aprecio y venera-
            ción; por hallarme enfermo en la cama hace cuatro días no he logrado el de-
            seo que siempre he tenido, de verlo a vuesa merced como su buen amigo (y
            ayer en particular) que vuesa merced estuvo en este Sangarará; donde há un
            año que estoy de habitante sin ningún fin, ni beneficio, trasladado de aquel
            purgatorio de Acomayo; y espero mejorar un poco si Dios quiere para tener
            el gusto de buscarlo y darle dos mil abrazos en señal del gran gozo que me
            asiste, de los honores superabundantes que Su Majestad, el rey nuestro señor
            (que Dios guarde) le ha franqueado a vuesa merced por conocer sus grandes
            merecimientos y acertada conducta. Sea para bien, y la Divina prospere su
            importante vida por muchos años para bien y alivio mío, y de todos sus des-
            validos, que así lo espero de su grandeza.
                    Aunque lo contemplo a mi dueño y señor con tantas ocupaciones, y
            no para atender cartas como esta molestosa; pero me alienta la confianza para
            que el dueño de mi obediencia tenga lugar en su amor, estimación y aprecio;
            pues tengo reconocido me lo ha tenido, aunque sin mérito alguno, en adelante
            no dudo me tenga presente para ocuparme [testado] mente, en todo lo que
            conozca pueda servirle con mi pequeña [testado]; haciéndome favor de reco-
            mendarme en estos contornos como que si fuera el más inmediato dependien-
            te, por Dios; porque ayer volví a nacer con mi compañera, está la infeliz con su
            preñez hasta la boca de ocho meses, según los terribles sustos que experimen-
            tamos con toda la pobre familia de hijos, y estos con un continuo lamento;
            porque después de los sustos hasta ahora me veo careciendo, destituido de
            las mejores cosas que en mi pobreza me habían quedado, como son alhajitas
            de plata labrada y otras curiosidades, una mula única de mi estima que tenía,
            que no sé quiénes se han llevado de tanto tropel que en todo el día entran a
            esta pobre casa en busca de escondidos, y no hallando a ninguno cargaban
            con lo que podían; por lo que me volví sin tener a quién echar mano ni que
            comer mañana ni muchacho que me sirva; porque un chico que tuve, y era
            mis manos y pies se ha hecho invisible desde ayer. Dios se sirva con todo, pues



                                                84
   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90