Page 235 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            que a los corregidores, aunque fuesen pasados, los había de guindar; que su
            palacio había de ser en la Compañía o colegio de San Borja, donde había de
            imponer sus leyes. En lo cual se ratificó dicho Escárcena; y el expresado Tupa
            Amaro dijo que de todo cuanto se le .pregunta solo es cierto escribió al caci-
            que Pacaricoma, y otros varios le trajeron los tributos para los gastos de esta
            empresa; que también lo es, hizo que un sacerdote de los que le acompañaban,
            y no se acuerda de su nombre, se vistiese capa de coro y le sacase agua bendita
            para entrar en la iglesia del pueblo de Huaro; que pondría los europeos en la
            compañía hasta dar parte, y que impondría leyes si tuviese facultades; y niega
            lo demás de que se le hace cargo. Preguntósele si es cierto que en el pueblo de
            Yaurisque mandó arrancar una cédula de excomunión que contra él estaba
            fijada en la puerta de la iglesia, poniendo en su lugar uno de sus bandos; dijo
            es cierto lo que se le pregunta.
                    Con lo cual mandó su señoría sobreseer en este careo, el cual firmó su
            señoría con dicho Escárcena, y no el citado Tupa Amaro por la razón arriba
            apuntada, doy fe.

                                                  (rúbrica de Benito de la Mata Linares)


                                                              Manuel Espinavete López
                                                                             (firmado)
                                                 José Esteban Escácena de Villavicencio
                                                                             (firmado)

            (Al margen: Auto de tormento 28 abril, 1781).


                    En la ciudad del Cuzco a ventiocho de abril de mil setecientos ochenta
            y uno, el señor don Benito de la Mata Linares del consejo de Su Majestad, oi-
            dor de la real audiencia de Lima, visto éste proceso y que de él resultan contra
            José Gabriel Tupa Amaro varios cargos graves que de ellos se puede sacar la
            raíz del alzamiento que ha intentado, y ha sido causa de tantas muertes, robos,
            homicidios y otros gravísimos delitos; constando por la declaración que en
            estos autos tienen hechas Francisco Cisneros, don Buenaventura Landaeta,
            otros testigos y carta informe de don Francisco Antonio Areta, presbítero, que
            dicho rebelde había comunicado la determinación de rebelión que intentaba
            con varios sujetos, los que le habían escrito diferentes cartas estimulándole a



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