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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            infinidad de yndios que tenia a su partido.— Es innegable que vuesa señoria
            ylustrisima mantubo a su costa y con esplendidez todo el tiempo que estubo
            en Siquani a toda la oficialidad del Exercito y tengo mui presente que en uno
            de esos días brindó vuesa señoria ylustrisima en la mesa por el Rey Nues-
            tro Señor a que se siguio el General brindando por vuesa señoría ylustrisima
            como yo tambien lo hize añadiendo que a vuesa señoría ylustrisima solo se
            le debia la rendicion de Diego Cristoval con tanto decoro de las armas de su
            magestad, lo que confirmó el General por segunda vez por que a la verdad,
            conocio lo mismo que todos conocimos, que no huviera vencido el ruin yndio
            sus temores y vuesa señoría ylustrisima no se los huviera desvanecido con
            tanta sagacidad jurando por su pectoral que les seria firme el yndulto. Yo hallo
            para mi y lo he dicho infinitas veces que hasta ahora durara la guerra si vuesa
            señoria ylustrisima no va a Siquani, no porque nuestras poderosisimas armas
            no fuesen mas que suficientes para acabar con muchos mas yndios que se hu-
            vieran presentado, sino porque no se hubiera podido hacer uso de ellas, si el
            Yndio, como se lo aconsejaba Vilcapaza, se huviera retirado a las inacesibles
            montañas de Carabaya, en cuya puerta se hallaba, dexando a los yndios que
            nos ohstilizasen en los cerros, en donde nada era posible operar pero sí el que
            ellos nos dañasen mucho por ser tales serranías el centro de su havitacion.—
            Constame del mismo modo que por disposicion del señor Ynspector General
            don José del Valle, se le dio a Diego Cristoval por posada un quarto de la casa
            de vuesa señoría ylustrisima, haciendose como decía este General de una via
            dos mandados, esto es, dar a vuesa señoría ylustrisima con la guardia de veinte
            soldados un oficial los honores correspondientes a su persona y asegurar al
            que se iba a rendir, por los recelos que havia de que no procedía de buena fé
            pues se hallaban acordonados todos los cerros de las inmediaciones de innu-
            merables yndios, sin dar a entender este temor a Diego Cristoval.— Con la
            misma mira puse de orden del mismo señor Ynspector guardias avanzadas
            en las cumbres con el correspondiente disfras y con el propio objeto, quando
            vuesa señoría ylustrisima se bolvió de Siquani se le mandó al Corregidor de
            Tinta don Francisco Salcedo que fuese a dormir en casa del rendido y su fa-
            milia para que entendiese que la guardia era solo por honor al Corregidor.—
            Debo añadir para prueba de quanto importó la excursion de vuesa señoría
            ylustrisima al pueblo de Siquani a los tratados de paz que quando fuimos a la
            segunda expedición hasta las inmediaciones de la Paz con el señor Ynspector
            hallamos ya en aquellas provincias rindiendosenos todos los yndios y dando



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