Page 362 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            quieta su conciencia con lo que le haviamos dicho. Creo que no habra hom-
            bre de conducta, juicio y religion que dude sobre lo que tengo dicho quando
            de las eficaces diligencias que practicó vuesa señoría ylustrisima y los demas
            destinados a ellas se seguía no menos que la salvacion de aquellas almas y el
            descargo en el justo y recto tribunal de Dios de todos los comisionados para
            una obra de tanto momento es quanto puedo decir para satisfacer al oficio que
            vuesa señoria ylustrisima me pasa quedando para quanto ocurra del agrado
            de vuesa señoria ylustrisima con aquel respeto que devo y corresponde a su
            muy ylustre persona.— Nuestro Señor guarde la vida de vuesa señoría ylus-
            trisima los muchos años de mi deseo. Cuzco y maio veinte y ocho de mil sete-
            cientos ochenta y quatro— Ylustrisimo señor. Beso la mano de vuesa señoria
            ylustrisima su mas rendido siervo y dedicado capellan.— Francisco Xavier
            Calvo y Antequera.— Ylustrisimo señor doctor don Juan Manuel Moscoso y
            Peralta.
                    Concuerda con el oficio y respuesta original de su contesto a que me
            refiero y de que certifico. Lima y febrero quatro de setecientos ochenta y cinco.

                    Doctor Antonio de Bustamante Secretario (Rubricado).


                    Señor Penitenciario doctor don José Perez: Mui señor mio. Tengo pre-
            sente que estando ya en capilla para sufrir el ultimo suplicio el revelde José
            Gabriel Tupa Amaro, su muger Micaela Bastidas, su hijo Ypolito Tupa Amaro,
            la Casica de Acos Tomasa Tito Condemaita y otros ilusos secuases suios fui
            en desempeño de mi ministerio y en virtud de la insignuacion que para ello
            me hizo el señor Vicitador don José Antonio Areche a exortarlos y entre otros
            puntos inportantes a su remedio espiritual ninguno me devio maior concide-
            racion, ni en otro inculqué con tanta eficacia y exfuerso como en el de que no
            se fuesen a la otra vida sin declarar a todos los complices en la revelion y a los
            que directa o indirectamente huviesen tenido parte en ella pues de lo contra-
            rio inposibilitavan su salvacion por que dejaban la religion a peligro de sub-
            vertirse, el estado en riesgo de perderse y en terminos de abandonarse la de-
            vida fidelidad al Soverano. A esta exortacion asistió vesa merced en compañia
            de algunos de mis prebendados y de otras personas eclesiasticas y militares y
            a su consecuencia se ha de servir vesa merced exponer a continuacion de esta
            si es cierto que lo mas de mi platica se redugo a este inportante asunto y si con
            ella se logró el fruto de que el referido Ypolito Tupa Amaro y su madre Micaela



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