Page 356 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            amor y servicios al Soberano. Nuestro Señor guarde a vuesa merced muchos
            años. Lima seis de maio de mil setecientos ochenta y quatro.— Besa la mano
            de vuesa merced su mas atento servidor.— Juan Manuel Obispo. del Cuzco.


                    (Al margen: Respuesta).
                    Ylustrisimo señor.— Muí señor mio. He visto la de vuesa señoria ylus-
            trissima de seis del corriente en por la que me requiere para que le exprese lo
            que noté al tiempo que pasó vuesa señoría ylustrissima al Quartel donde esta-
            van presos y ya en capilla para sufrir el ultimo suplicio el revelde José Gabriel
            Tupac Amaro, su muger Micaela Bastidas, Hipolito Tupac Amaro su hijo, la
            Cacica de Acos Tomasa Tito Condemayta y otros correos y la exhortacion que
            les hizo para que procurasen asegurar su salvacion sin dejar resultas perni-
            ciosas al Rey y al Estado, en cuio cumplimiento lo que puedo decir es.— Que
            es cierto que hallandome de Comandante de la Plaza y Quartel General de la
            ciudad del Cuzco se presentó en él vuesa señoría ylustrissima acompañado de
            varias personas assi eclesiasticas como militares que no tengo presente y diri-
            giendose a los calavosos donde estavan aprisionados dichos reos, tomó vuesa
            señoría ylustrissima la palabra y los empesó a amonestar explicandoles lo que
            importava la religion del juramento y la obligacion en que por él estavan cons-
            tituidos para confesar la verdad de todo lo acaecido en orden a la revelion.
            Que esta diligencia era tan indispensable que sin ella sus confesiones devian
            estimarse por sacrílegas y las indulgencias que se les aplicasen no surtirian
            efecto alguno, estimulandolos con el maior zelo y fervor propio de su pasto-
            ral ministerio, especialmente afin de que declarasen todos los complices, que
            directa o indirectamente por consejo o ayuda huviesen tenido parte en aquel
            abominable crimen. Que el asunto ni podia ser mas importante para que es-
            piando sus conciencias mereciesen de Dios el perdon de sus enormes culpas
            y no dejasen una semilla tan odiosa con que quedaba expuesta la Religion y el
            Estado a subvertirse quando por el contrario todo se remediarla franquean-
            dosele a la Justicia los medios de hacer su dever, por lo que concluio vuesa
            señoria ylustrissima reencargando a los Padres que les auxiliavan el mismo
            cuidado para que continuasen sus oficios hasta lograr tan loable fin:— Toda
            esta exhortacion les hizo vuesa señoría ylustrissima a los reos en mi presencia
            con expresiones aun mas vivas y mas pungentes para ganarles el corazon y
            concluida la platica retirandose vuesa señoria ylustrissima a su Palacio pasé
            incontinenti a dar aviso al señor Visitador General que se hallava en su aposento



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