Page 336 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            mano de vesa merced su amante cura y capellan.— Doctor don Antonio Lo-
            pez de Sosa.—
                    Señor doctor don Antonio Lopez de Sosa.— Muy señor mio y mi es-
            timado cura: He recivido la de vesa merced de treinta de marzo del año que
            corre siendo esta misma, recombiniendome en ella le diga sin apartarme un
            punto de la verdad lo que parlé con vesa merced en este pueblo de Mosocllac-
            ta a mi buelta del Cuzco. Diciendome que a continuacion de esta se lo refiera
            por escrito, lo que executo en lo forma siguiente.— Me dice vesa merced se
            acuerda haverle dicho yo en este pueblo que havia sido llamado por el señor
            Oydor don Benito de la Mata Linares a que declarase si hera cierto le huviese
            dicho y a don Bernardo de la Madrid que al yndio José Gabriel Tupa Amaro
            le havia escrito el ylustrisimo señor Obispo del Cuzco aprovandole lo que ha-
            via hecho con Arriaga y estimulandole a que siguiese con su empresa y que
            con efecto hize yo la declaracion.— Sobre esto diré lo que pasa y lo que en
            aquel entonzes me acuerdo haver dicho a vesa merced. Que haviendo com-
            parecido a hacer la declaracion, me halle alli en la sala del señor Oydor con
            don Bernardo de la Madrid en cuya presencia me preguntó el señor Oydor
            si hera cierto le huviese dicho yo tal cosa a don Bernardo de la Madrid a que
            respondi asegurandole que no me acordava haverle dicho que el señor Obispo
            huviese escrito tal carta al yndio José Gabriel.— Hecha esta mi declaracion
            que la hize bajo de juramento se lebantó de su silla el señor Oidor y se retiró
            un tanto a la puerta de su sala a hablar con un oficial y en el corto intermedio
            que me quede solo en la misma sala con dicho don Bernardo de la Madrid,
            me dijo este, es posible Ortigosa que no te acuerdes? A que le respondi, que
            por mas recuerdos y reflecciones que hacia, no podía traer a la memoria ha-
            verle dicho tal cosa. Ynmediatamente el señor Oydor que tomó su asiento de
            buelta de haber hablado con el oficial, me despidio y al salirme don Bernardo
            de la Madrid se quedo dentro de la sala, sin haverme seguido hasta fuera del
            corredor como vesa merced dice por lo que no me atenderia bien vesa merced
            a mi conversacion; ni menos el que desesperados de no poder sacarme cosa
            alguna contra el señor Obispo me hize en este dicho pueblo, por que las veses
            que se ofrecio ver al señor oydor como juez benigno me recivio sin enfado.—
            Pasados algunos dias de mi declaracion en la forma que tengo dicho haverla
            hecho estando en la Carcel Publica, donde fui trasladado se aparecio el señor
            Oidor en la puerta del calavoso donde estuhe y viendolo le dije, se apiadase de
            mi, a que me respondio hasta aqui no has declarado nada y le dije señor qué



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